Los números son más que evidentes. Los discursos no valen. El padrón panista se desplomó en 40 por ciento a nivel estatal y en Puebla, capital, la caída fue mayor al 45 por ciento.

Estas cifras confirmaron que Rafael Moreno Valle, desde el poder, utilizó toda la estructura del gobierno para inflar el padrón del Partido Acción Nacional y que sus operadores fracasaron en su intento por conservar los militantes que llevaron a la fuerza y, en ocasiones, fueron afiliados sin su consentimiento.

Tal como se publicó en este espacio el 15 de agosto de 2017:

El Bobby, un operador en problemas

El 21 de agosto a las 18 horas se cerrará el plazo para que los panistas actualicen los datos de su registro como militantes, de lo contrario serán automáticamente dados de baja del padrón nacional.

Desafortunadamente para los nuevos panistas que hoy ostentan el poder blanquiazul, el proceso de actualización va a paso de tortuga y uno de los más preocupados es Roberto Grajales Espina. 

Y es que las angustias de El Bobby Grajales no son para menos, toda vez que la afiliación corporativa realizada en los tiempos morenovallistas hoy está a punto de esfumarse.

No es gratuita la presión que hoy ejercen los morenovallistas hacia el magistrado Grajales para que aclare qué ocurrió con más de veinte mil integrantes que hasta la fecha brillan por su ausencia.

Se dice que a Roberto Grajales se le dio la tarea de afiliar masivamente para que se tuviera el control del padrón y del partido, por lo cual —respaldado por la estructura estatal— en un solo día hubo más de 14 mil afiliaciones por medio de internet.

El problema es que nunca contemplaron que Ricardo Anaya tendría el antídoto, al ordenar la ratificación y actualización del padrón panista cuando Moreno Valle ya no tiene a su servicio esa estructura estatal.

Por eso es que a unos cuantos días de cerrarse la actualización del padrón, la desesperación de Grajales y compañía crece, por más esfuerzos que hace, por ningún lado aparecen los miles de supuestos panistas que él afilió.

Y los pocos que encuentran, dicen que ni están enterados de su filiación azul, por lo cual son muy pocos los que están dispuestos a perder su tiempo para acudir personalmente a las oficinas del partido.

Así las cosas, El Bobby Grajales no tiene forma de mantener los números que tanto le presumieron a Rafael, quien lo premió haciéndolo magistrado sin el más mínimo mérito jurídico.

Lo que es un hecho, es que el padrón panista se desinflará ante los ojos impotentes de sus creadores.

Tal como lo escribí, hoy los números confirman que desde el poder todo es más fácil para los aprendices de política.

En tanto, Ricardo Anaya le gana la partida a Moreno Valle, que infló padrones en los estados donde tuvo injerencia. El sueño por llegar a Los Pinos se esfuma.