Cuando Rafael Moreno Valle cumplía 43 años de edad, una gran comida para unos 450 comensales fue servida en el rancho de Haras, en el municipio de Chachapa, propiedad de Othón Muñoz Zamora Bravo, caído en desgracia el 20 de agosto pasado luego de que un comando de la Marina Armada de México ingresó a su domicilio en el fraccionamiento de El Secreto.

Muchos de quienes se estrenaban como servidores públicos en el naciente gobierno de alternancia y que recibieron invitación al ágape se preguntaron por la identidad desconocida del propietario de esa enorme propiedad y la benevolencia de ese entonces, en 2011.

Conforme avanzó la tarde se sumergieron en el ambiente festivo del momento, las viandas y la música. No era para menos, pues 4 meses antes el festejado había protestado el cargo como el primer gobernador no priista, luego de la elección de 2010.

Pero no siempre el presunto líder de una pandilla vinculada al Toñín Antonio Martínez Fuentes, dedicada al robo de combustible, estuvo en desgracia y no siempre financió las actividades del grupo de Moreno Valle, pues también llegó a ser mecenas de gente cercana a Mario Marín Torres.

Muñoz Bravo no sólo había pagado en especie la gasolina usada por el entonces candidato al gobierno del estado por la coalición Compromiso por Puebla en 2010. También lo hizo para algunos candidatos a diputados federales que hoy reniegan o lo desconocen.

Sin embargo, no fue sino hasta que llegó el expriista al gobierno del estado que fue recompensada la inversión de futuro con vales de cientos de litros de gasolina que entregó al equipo del aspirante presidencial panista para cumplir con la logística de la campaña y el despliegue por tierra.

Fue recompensado a tal grado que el parque vehicular del gobierno estatal cargaba combustible en las estaciones de Othón Muñoz, el supuesto huachicolero que apenas la semana pasada fue enviado al penal de mediana seguridad de Tepexi.

Un tuit de Moreno Valle en donde desmiente cercanía con el imputado será insuficiente. Existen cientos de testimonios de esa fiesta de cumpleaños para el festejado. 

Y es que como candidato opositor, Rafael Moreno Valle no sólo requirió de la más amplia coalición política para sacar de Casa Puebla al grupo de Mario Marín Torres, con el PAN, PRD, Panal, PT y Movimiento Ciudadano.

El pragmatismo que distingue a este panista abrió la puerta a gente de pésima reputación, como la dirigente magisterial Elba Esther Gordillo, quien vive encierro carcelario en un hospital por presuntos delitos federales, una circunstancia similar al mecenas del grupo.

Muñoz Zamora Bravo, como Elba Esther son dos personajes oscuros en el pasado reciente de quien aspira al gobierno de la República. Es preciso no dejar de subrayarlo porque refleja en toda medida la lógica que lo mueve: quítate tú para que me ponga yo.