En un principio fue el brote de inseguridad, luego las condiciones climatológicas asociadas con los viejos pavimentos, el clima lluvioso y la brevedad en el tiempo. Así el derrotero del edil de la capital. 

La hoja de ruta de Luis Banck Serrato está marcada por obstáculos de la mayor proporción y sortearlos requiere de una enorme precisión política, habilidad y templanza, virtudes que no siempre viste a la clase política.

Hace dos meses que el presidente municipal de la capital tuvo que enfrentar el brote de inseguridad, ampliamente difundido a través de redes sociales, lo que significó una mayor percepción entre los habitantes de la capital y su zona metropolitana.

El crecimiento en el imaginario de que se vive en una zona insegura cobró carta de naturalización y fue tomada por la oposición política en la antesala de un proceso que marcará el relevo en el poder público. 

Cuando esa idea general casi se extingue por la inacción de las pandillas desarticuladas y cada uno de sus miembros puestos a disposición de un juez, viene el otro gran reto: las penosas condiciones en las que se encuentran las calles de la zona metropolitana de Puebla.

Molestia, frustración y hasta duelo por la aparición de incontables baches en casi todas las calles que pone en riesgo autos y patrimonio de diversas cosas de la sociedad, pero sobre todo una que ha sido generosa en votos para el grupo al que pertenece Banck Serrato: la clase media.

Gobernabilidad y legitimidad son dos asignaturas que van en caminos paralelos. El equipo del edil debe saberlo y la apuesta no puede admitir duda pues no se puede poner en riesgo ninguna de las dos variables.

Hace unos días una pareja perdió la vida en el Periférico Ecológico cuando hacía maniobras para cambiar una llanta averiada por un golpe provocado cuando cayó en un bache. Quiso el mal tino que ese incidente sucediera en tierra capitalina; pero también es cierto que se trata de un tramo de vía estatal.

Dos muertes provocadas por un bache parece una broma macabra que acaso pasó inadvertida por la enorme carga en la agenda mediática que demandó mayor atención. Pero eso no borra el duelo que existe en esa familia que perdió a dos de los suyos.

La administración municipal puso en marcha el programa 'Bachetón' que pretende tapar 50 mil hoyos en la vía pública. Quedan dudas sobre la eficacia y durabilidad del remedio pues ya está encima, literalmente, la temporada de ciclones y huracanes y tormentas a consecuencia, parece llegar a destiempo. 

Cuando el edil asumió el reto de combatir la delincuencia se aplicó a fondo. Cambió al secretario de Seguridad, un expolicía federal de dudosa reputación y trazó estrategia con el gobierno del estado como aliado. El resultado es satisfactorio.

Este nuevo reto, el de hacer que la gente deponga el enojo por la omnipresencia de hoyos en toda la ciudad no es menor. Un bache que provoca una ponchadura o rin averiado es exactamente proporcional al enojo y frustración que se traduce en un voto menos. 

Luis Banck que no es funcionario improvisado lo sabe, como también advierte que el tiempo que le toca gobernar es más breve que un suspiro.