Los feminicidios causan tristeza. Lo anterior, debido a que las mujeres son víctimas inocentes de actos inimaginables a la conciencia humana que se conecta con el mundo de las consecuencias sin conocer sus causas verdaderas, como diría Spinoza.

La tristeza aumenta porque no sólo ocurre en entidades como la poblana, tras la muerte de Mara. La tristeza se incrementa porque la muerte de Mara es una muestra de lo que ocurre en el México actual, lo mismo ocurre en Puebla que en Ecatepec o Juárez.

Y cómo no va a producirse tanta tristeza cuando las medidas que toman los encargados de cuidar a los ciudadanos. Algunas órdenes para clausurar un antro o cancelar el permiso a una determinada empresa de supuestos vehículos para trasladarse seguro.

Si esas medidas fuesen realmente efectivas, entonces el tema de la inseguridad y los feminicidios ya se habría resuelto. 

La tristeza aumenta porque son medidas efectistas en el momento, pero ni en el momento ni a largo plazo tienen alguna utilidad.

Pensar en la seguridad así como en la esperanza de que algún día estas medidas podrán lograr ese fin, es otra causa de la tristeza, pero también de que la tristeza sirva a intereses ajenos. Interiorizarlos es signo de asentar en nuestro interior la impotencia.

Existe mucho de cierto en lo que dice Spinoza acerca de la tristeza: cuando se impone sirve de instrumento a los tiranos y a la opresión. La tristeza sirve para desactivar la potencia, la capacidad de acción.

La tristeza conduce a la enfermedad, el remordimiento y el sentimiento de culpa. A tono con declaraciones de supuestos líderes de instituciones educativas, para quienes la culpa la tienen los ciudadanos que andan a deshoras de la noche divirtiéndose.

Otra vez la moral a ras de piso. Es un discurso de poder que descarga la responsabilidad de los feminicidios en las propias mujeres. Traslada las culpas a las víctimas. Nada más falta decir que es malo e inmoral salir de noche. 

La inseguridad con fines de desarticulación de lo social no tiene espacios impenetrables. Es en el día en donde ocurren la mayoría de los actos que deshumanizan, con la complicidad de los órganos del gobierno y el Estado.

No es que no sean efectivos, como se quiere hacer creer. Eliminar o por lo menos atenuar la violencia social con medidas estrictamente operativas de cuerpos de seguridad, es la peor ocurrencia de estrategia que pueda existir.

De cuando a estas fechas el fuego se combate arrojando gasolina.

También la tristeza empuja a pensar en la muerte, dice Spinoza. Los feminicidios pululan por la Nación, pero es solamente el eslabón de una larga cadena de secuestros, asesinatos, cobros de derecho de piso. 

Todo lo anterior, lleva al nuevo culto a la muerte que se lleva realiza en los nuevos oráculos electrónicos familiares e individuales: los medios y las nuevas tecnologías de la información. Pura tristeza que desactiva la acción porque intimida.

Las élites piensan que es mejor la tristeza, porque parafraseando a Spinoza, todo lo que conduce a la tristeza sirve al poder.