En las sierras Norte y Oriente es donde existen más casos de secuestros que la Fiscalía General del Estado (FGE) ha mantenido ocultos, de manera supuesta, para no alarmar a la población.
 
En estos momentos al menos tres personas estarían privadas de su libertad, mientras que sus familias realizan negociaciones con grupos delictivos, provenientes principalmente de Veracruz.
 
Y el sábado se dio uno de estos casos.
 
Una joven de nombre Olga, que debe ser integrante de una familia conocida, fue secuestrada, en el municipio de Teziutlán, por hombres armados.
 
La joven iba a bordo de un Jeep Liberty de color gris, salía de Plaza Cristal de Teziutlán, cuando fue abordada por sujetos desconocidos que se la llevaron.
 
Nadie habría advertido el secuestro de esta joven si no es que su vehículo hubiera aparecido abandonado en la Súper Carretera San Antonio Virreyes-Teziutlán.
 
Y entonces las luces rojas de secuestro se volvieron a activar. 
 
Los padres de esta joven deben de estar negociando su libertad.
 
Así como este secuestro otros han ocurrido en Zacapoaxtla, Chignahuapan y han quedado en el absoluto silencio, después de que las víctimas pagaron sus respectivos rescates.
 
En esta zona estarían operando células de los “Zetas”, que provienen de Veracruz, que además se dedican al robo de hidrocarburos, la extorsión y otros delitos de alto impacto.
 
En estas mismas zonas no hay prevención para delitos de secuestro, por una sencilla razón, la Fiscalía General del Estado (FGE), la de Víctor Carrancá, prefiere mantener esta serie de delitos ocultos, que reconocer que es necesario establecer medidas de seguridad.
Otros secuestros no han tenido el final feliz de una negociación y una pronta liberación, pero éstos también se mantienen ocultos.
 
“El Triángulo Rojo”, de las desapariciones
 
En los municipios de la zona de “El Triángulo Rojo” las desapariciones son constantes.
 
Hombres armados y en vehículos, en su mayoría con reporte de robo, han allanado domicilios para llevarse a sus enemigos, otros han sido levantados en la vía pública, para luego ejecutarlos.
 
Muchos de estos levantones son reportados en tiempo y forma a la Fiscalía General del Estado (FGE), a través del Ministerio Público y de la Policía Ministerial de Tepeaca, Tecamachalco, Ciudad Serdán, Tehuacán, pero no hacen nada.
 
Prefieren acudir a levantar sus cadáveres.
 
Son los secuestros que no se reportan, que no llenan las estadísticas de la inseguridad que se vive en Puebla.
 
Nos vemos cuando nos veamos.