Conforme avanza el calendario anual, la soledad del Fiscal General de Puebla, Víctor Carrancá Bourget se extiende como enfermedad ponzoñosa. 

Cosa de ver el aislamiento que vive el otrora hombre responsable de cubrir las espaldas del ex gobernador, Rafael Moreno Valle Rosas, con el nombramiento transexenal hasta el año 2022.

Ni siquiera en el edificio en el que despacha en el bulevar 5 de Mayo tiene la influencia de la que gozó antes de que terminara la gestión de quien lo contrató primero como Procurador de Justicia y luego lo impuso en el Congreso del Estado como Fiscal General.

Ni vela en el entierro, por ejemplo, en el operativo de la Marina Armada de México, la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, al mando de Jesús Morales Rodríguez y de la Fiscalía Metropolitana, a cargo de Gustavo Huerta Yedra, para detener a Othón Muñoz Cortés, alias El Cachetes por el presunto delito de robo de combustible.

El movimiento estratégico de las tres corporaciones la madrugada del domingo 20 de agosto en el exclusivo fraccionamiento El Secreto, con el que se pudo asegurar a este empresario gasolinero acusado de huachicolero, pasó de noche para Carrancá Bourget.

El Cachetes ha sido vinculado con el ex gobernador Rafael Moreno Valle; el senador del PAN, Javier Lozano Alarcón; el diputado local de Acción Nacional y primo del ex mandatario, Sergio Moreno Valle sin que hasta el momento hayan podido desmarcarse de manera contundente del indiciado que fue proveedor del gobierno en el sexenio anterior.

Ese caso permitió que la relación entre el Almirante Secretario de la Marina Armada de México, Vidal Soberón y el gobernador, Antonio Gali Fayad se fortaleciera con base en la confianza, que se observó en el operativo en el que cayó abatido El Cacarizo o Z55, líder de una banda dedicada al robo de trenes en Cañada Morelos, hace tres días.  

No ha sido el único caso de alto impacto del que el Fiscal General del Estado ha estado ajeno. El más reciente fue la identificación, ubicación y captura de los presuntos responsables del feminicidio de Mariana Fuentes, estudiante de Derecho en la BUAP.

Otra vez como en el caso de El Cachetes, la tarea de inteligencia fue desplegada por el área de Huerta Yedra en coordinación con las áreas respectivas comandadas por Morales Rodríguez y de su similar en el municipio de Puebla, Manuel Alonso García. 

Carrancá Bourget volvió a ser un testigo de palo y acaso el único caso del que no ha podido sustraerse es el del robo por unos 8 millones de pesos a la bodega de la Dirección de Bienes Asegurados, bajo la responsabilidad directa de su Oficial Mayor, Roberto García Velarde y de un tal Nahur Hernández Santaella. 

El año que corre ha sido pésimo para este servidor público que desde la teoría, representa a la ciudadanía. Ni siquiera el periodo en que fue muerto el niño Alberto Tehuatlie, en Chalchihuapan había padecido un periodo tan sombrío como el que corre. ¿Ahora sí caerá?