El dirigente de la Confederación de Trabajadores de México en Puebla, Leobardo Soto Martínez, acaba de registrar esta semana la primera derrota pública, después de que asumió la dirigencia de esa central en tiempos de Mario Marín Torres y que retuvo en el periodo de Rafael Moreno Valle.

Encabezó una cruzada contra el servicio ejecutivo de transporte Uber para complacer a la presidenta del Consejo Taxista, Erika Díaz, heredera del grupo que dirigió hasta su deceso Pedro Díaz.

Juntos trazaron una estrategia de intimidación y desgaste para que la plataforma digital quedara disminuida con la contratación de un grupo de choque para golpear a los choferes de este servicio a las afueras de la Central de Autobuses de Puebla, por ejemplo.

Nada valió, ni siquiera la guerra declarativa de Soto Martínez desde el Congreso del estado para el retiro definitivo de los autos que se convirtieron en la mejor opción para un segmento del mercado, por sobre los autos sucios, desvencijados y conducidos por choferes sin la capacitación debida.

En el dislate de las declaraciones del dirigente obrero, destacan aquellas como que “no puede haber un transporte para ricos y otro para pobres” como si México viviera aún el sueño revolucionario del socialismo de la década de los ‘60 del siglo pasado; o el de la amenaza abierta cuando vaticinó pleitos callejeros que luego se cumplieron.

Finalmente Uber se queda en Puebla y en esa lógica es probable que Cabify regrese a operar como había sucedido antes del feminicidio en contra de Mara Fernanda Castilla Miranda, en el primer caso; en el segundo, el asalto que devino en homicidio contra Mariana Fuentes.

La iniciativa que envió el gobernador Antonio Gali Fayad ya debe ser estar en el Legislativo. 

Contiene una serie de mecanismos que deberán ser observados para reducir al máximo el margen de probabilidad de infiltración  de potenciales delincuentes como los que actuaron en los crímenes que costaron la vida de las dos jóvenes universitarias que colocaron a Puebla en el centro de la atención hasta de la prensa europea.

Soto Martínez y Erika Díaz deberán guardarse las ganas de quedarse con todo el mercado disponible para el Consejo Taxista. 

La primera derrota tiene fecha y sucedió a partir del cambio rumbo en la discusión pública sobre la pertinencia de tener un sistema de transporte ejecutivo como el ideal de las sociedades modernas, lejos de la visión localista de sus detractores y sus conductas gansteriles.