El fantasma de la derrota ensombrece la probable nominación del ex rector de la Universidad de las Américas Puebla, Enrique Cárdenas, el competidor que convocó a la interna de Morena el ex secretario de Gobierno, Fernando Manzanilla Prieto y el consultor electoral, Hugo Scherer Castillo.

Éste último carga sobre los hombros dos derrotas consecutivas en una elección para gobernador, un dato duro más allá de la subjetiva interpretación política. 

Scherer fue el asesor electoral de la priista Blanca Alcalá en la campaña de 2016, la candidata que el morenovallismo hizo polvo con una sospechosa facilidad para encumbrar en el poder a Tony Gali, candidato que postuló una alianza que Acción Nacional encabezó. 

La narrativa de la derrota priista está llena de acontecimientos que despiertan dudas sobre si la actual embajadora de México en Colombia fue entregada en función de intereses comunes del círculo de Enrique Peña Nieto y el ex gobernador de Puebla y actual aspirante a la candidatura a la Presidencia. 

Scherer Castillo se llevó sus 30 millones de pesos en ese 2016 para arribar a otra competencia política en el Estado de México, con Delfina Gómez, la candidata del Movimiento de Regeneración Nacional y una de las promesas políticas de ese partido en ascenso que sin embargo, no pudo vencer al candidato del PRI, Alfredo del Mazo. Otra vez la presencia del consultor de la abanderada priista en Puebla, con Morena en territorio mexiquense. Dos derrotas.

Aunque el discurso por la transparencia y contra la impunidad es impecable como competidor por el cargo de coordinador territorial en el partido de Andrés Manuel López, el esfuerzo del académico está en esa misma lógica por la combinación de dos factores: el historial público de este asesor en comunicación política y la inexperiencia del propio Cárdenas.

La triangulación del hombre que trabajó para Manlio Fabio Beltrones en el CEN del PRI mueve a sospecha. Tiene parentesco político con el oaxaqueño Diódoro Carrasco Altamirano, actual secretario General de Gobierno en Puebla y operador de Moreno Valle; pero además, es quien en una conversación telefónica filtrada conspira con el ex gobernador Ulises Ruiz contra Alejandro Murat, actual gobernador de ese estado.

Ulises Ruiz es cercano al empresario veracruzano Othón González, un proveedor de los gobiernos de Javier Duarte en Veracruz y de Roberto Borge en Quintana Roo; también operador de Elba Esther Gordillo. 

Los tres están en la cárcel y el empresario veracruzano busca conseguir boleto en el proyecto del académico con simpatías con Morena, entorno de quien se teje una red de intereses que perfilan el mismo modelo que la mafia en el poder que tanto ha criticado Andrés Manuel López Obrador.

Alguien debió informar de esta trama entorno de un hombre cuya decencia está a toda prueba.