En esta etapa final del proceso de selección de candidatos por la Presidencia de la República, el panista Rafael Moreno Valle se jugará su última carta, apoyado en sus viejos cómplices tricolores.

De acuerdo con los cálculos del suspirante presidencial poblano, en los 15 estados gobernados por el PRI-Verde (14 PRI y 1 Verde) existe una infiltración política de sus gobernadores al interior de Acción Nacional.

Fieles a su estilo, los mandatarios del PRI saben cómo meterse a las entrañas de los partidos opositores, a través de componendas políticas, contratos de obra pública o simplemente con apoyos en dinero.

Sin olvidar sus raíces priistas, Rafael utilizó la misma fórmula en su sexenio, operando en favor del PAN desde la propia dirigencia estatal del PRI a través de Fernando Morales quien —una vez descubierto— terminó formando parte del gabinete morenovallista.

Bajo esa lógica, Moreno Valle apuesta que de esos 15 estados bajo el dominio del PRI, en 10 de ellos operen para que la “militancia” panista vote en favor del poblano, para poder hacerle un contrapeso real al dominio que Ricardo Anaya tiene en los estados blanquiazules.

Salvo Puebla, en el resto de los estados gobernados por Acción Nacional la militancia le darán su apoyo a Ricardo Anaya, por lo que la única forma de darle la vuelta a la tortilla, sería con el apoyo del PRI, quien ve en Rafael a un candidato cómodo en caso de lograr la postulación panista.

La intromisión de los gobernadores en los partidos de oposición no es un asunto nuevo y no son pocos los casos en los que desde las casas de gobierno se toman las decisiones más importantes.

A lo anterior hay que sumar un punto clave en esta lucha entre Anaya y Moreno Valle; que mientras el primero está atado de manos con la mira del poder federal sobre cada movimiento financiero, el poblano parece contar con la protección del sistema, al dejarlo derrochar millonadas sin que nadie investigue la procedencia de ese dinero.

Así las cosas, el PRI va a hacer su juego para lograr convertir a uno de sus agentes infiltrados en el PAN en candidato, para tener garantías de complicidad en la elección presidencial de 2018.

Habrá que esperar para saber hasta dónde pueden mover —los mandatarios tricolores— la elección interna en el PAN.

Por el momento, ni las encuestas le ayudan a Rafael. 

¿Le harán el milagrito sus amigos del PRI?

Veremos y diremos.