Independientemente de la postura que guardemos con respecto a la revolución rusa, su relevancia se puede medir en función de lo que ahora ocurre en el mundo actual. 

1. La caída del Muro de Berlín acarreó como consecuencia un cambio en la relación de fuerzas a nivel mundial, entre aquellos que ocupan la parte baja de la escala social y las élites que han hegemonizado la vida en la sociedad industrial actual.

2. La revolución rusa impactó a la sociedad industrial. Las élites de las sociedades capitalistas, después del triunfo de la revolución rusa, establecieron una serie de políticas orientadas a detener la influencia de la revolución en las clases desprotegidas de sus respectivos países.

3. Esto se pudo observar en el incremento del salario en los países capitalistas, se crearon convenios laborales que le dieron estabilidad a la clase obrera y, en general, el Estado promovió una serie de medidas sociales que le permitieron apaciguar a la clase obrera, principalmente.

4. Los obreros, en general y sobre todo en los países adelantados, tenían un buen salario, acceso a vivienda, auto, vacaciones garantizadas, eran parte de clubs deportivos, con acceso a los artículos electrónicos que les brindaban cierta comodidad, entre otros factores.

5. Durante décadas la clase empresarial sacrificó parte de sus ganancias en mantener a los trabajadores bajo control, ante la amenaza rusa. Lo hizo mientras daba pasos orientados hacia eliminar la causa de sus concesiones a la clase obrera, la revolución rusa.

5. La reducción de la tasa de ganancia es contraria a la lógica del capital. Si eso ocurre, el capital no puede reproducirse y, por tanto, actuar como capital, como un factor hegemónico a nivel social.

6. Las élites, la burguesía como clase, tomó la decisión de que a la par que debilitaba al bloque soviético, impulsaba una política orientada a revertir las concesiones que se le hacían a la clase obrera para tenerla contenta.

7. Las figuras más emblemáticas de estas políticas restablecedoras del poder de clase a nivel mundial fueron la Primer ministro de Inglaterra, Margaret Thatcher así como Ronald Reagan, entonces presidente de los Estados Unidos.

8. La caída del bloque soviético ha sido catastrófica para los intereses de los trabajadores en general, para los estados nacionales menos del Hemisferio Sur, así como para las fuerzas políticas que se respaldaban en los ideales de la revolución rusa.

9. Los trabajadores, más allá de las clases, se quedaron sin una brújula que oriente sus actividades. Las naciones menos desarrolladas han sido sometidas a la lógica de las naciones imperiales y sus intereses financieros.

10. Los grupos políticos se han desplazado hacia la derecha. Las fronteras ideológicas se han debilitado y el pragmatismo se ha apoderado de esas corrientes.

11. Lo anterior facilitó la adhesión de los chinos a tendencias neoliberales. La revolución china fue vencida sin un solo disparo.

12. La globalización es una manera de expresar que, en adelante, las élites políticas tienen, ahora, como se dice coloquialmente el “sartén por el mango”.

13. Esto significa que avanzan en la liquidación de todas las ventajas que otorgaron a la clase obrera en virtud de la existencia de la revolución. Que las conquistas otorgadas ahora van para atrás, como ha ocurrido hasta el momento.

14. Pero no solamente han sido y serán eliminadas las antiguas concesiones, sino que también van a ir hasta donde las nuevas ventajas lo permitan. 

15. Esto quiere decir que ahora el capital busca reproducirse a sus anchas pues no tiene enemigo al frente, por lo menos aparentemente. El hambre, las epidemias, las guerras y la violencia son otras tantas expresiones de ese poder.

16. El capital y las élites se reproducen como en las épocas de la llamada acumulación originaria del capital: de la manera más salvaje y sin andarse con medias tintas.

17. No obstante, existe resistencia como ocurre siempre donde existen expresiones de poder. Ya no son movimientos clasistas y localizables en alguna nación. Las nuevas tecnologías también han sido adoptadas por estos movimientos que tienen expresiones a nivel mundial.

18. No son muchos, pero como demostró la revolución rusa no es un asunto de número. Bajo determinadas condiciones todo puede cambiar de nueva cuenta la tendencia actual de despojo y desolación que el capital financiero ha dejado como secuelas por todo el mundo.

19. Lo que vendrá ya no será partidista y clasista, tampoco esperanzada en la clase obrera ni roja, pero no dudo que tendrá puesta la esperanza en terminar con las asimetrías del orden social tan visibles ahora mismo.