Vueltas de la vida, el feroz detractor de todo lo que tenga que ver con Andrés Manuel López Obrador desde que era Jefe de Gobierno en la Ciudad de México —le decía “pinche rayito de esperanza”—, entre el año 2000 y 2005, el senador Javier Lozano Alarcón cuando era aún priista, tiene un lazo familiar con una probable candidata del Movimiento de Regeneración Nacional, en Puebla.

Se trata de Paola Migoya, la activista que fue capaz de marchar al lado del poeta Javier Sicilia y que ahora está en la terna que Morena evalúa, al lado de otras dos mujeres, para ser coordinadoras territoriales en la capital y probablemente, alguna deberá ser candidata a la presidencia municipal en la elección concurrente de 2018.

Migoya es una propuesta de la dirigencia nacional, mientras que el comité estatal incluyó a Claudia Rivera, responsable de la agenda de las minorías sexuales desde Morena; y la ex priista Libertad Aguirre Junco.

Aparentemente inconexos, colocados diametralmente en polos opuestos en la actividad profesional y política, así como por sus respectivas convicciones, existe un tronco común que los une inexorablemente y de por vida: don Gabriel Alarcón Chargoy.

El abuelo casó con Herminia Velázquez, tía de de Emérita (La Güera) Migoya, madre de Paola, según escribió Alfonso Gómez Rossi en un documentado artículo publicado en e-consulta.com, “¿Quién es Paola Migoya?”

Un amigo común dijo hace unos días a este columnista que Migoya no tiene parentesco con su pariente y no la culpo.

En la otra rama del árbol genealógico está la familia del furibundo polemista y Senador de la República. Don Gabriel Alarcón tuvo una relación fuera de matrimonio con una mujer de origen libanés de nombre Elisa Jater, de quien nació Concepción Alarcón Jater.

Del matrimonio de esta mujer con Gerardo Lozano del Valle nacieron tres hijos: Gerardo, Sergio y Javier, nietos del patriarca en el lado materno. 

‘Todos recuerdan que Javier vivía con un poco discreto rencor al abuelo Gabriel Alarcón, un pequeño magnate de los medios de comunicación, cuyo principal cabezal fue El Heraldo de Puebla”, escribió en un amplio reportaje el reportero Humberto Padgett para SinEmbargo.mx en 2015.

Dos ramificaciones de un mismo tronco a quienes no sólo los divide el recelo de saberse con la misma sangre pero en extremos opuestos, sino la tarea política en la que está inmersa Paola Migoya, mientras que el panista está llamado a jugar un papel central en el proceso electoral de 2018 del que ya ha probado muestras palmarias de saber con eficacia: el de la descalificación política.

Paola y Javier, parientes lejanos están por entrar una ruta de colisión que muy probablemente habría disgustado al patriarca Alarcón Chargoy.