El PRI irá a la segura en Puebla y evitará el desgaste y guerra de lodo entre los aspirantes a un cargo de elección popular, al cancelar cualquier método de democracia directa para la definición de las postulaciones, en una contienda en la que, según dijo el presidente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), Enrique Ochoa Reza, “está pendejo” quien piense que hay ya acuerdos con el ex gobernador Rafael Moreno Valle, para cederle la plaza en 2018.
 
La socorrida vía de la Convención de Delegados, a la que llegarán solamente “candidatos de unidad”, se aplicará para ungir a los abanderados a la gubernatura y a la mitad de los postulantes al Senado, a diputados locales y federales y presidentes municipales.
 
En tanto, la otra mitad de esas candidaturas, que será para mujeres por el requisito constitucional de paridad de género, se asignarán a través de una comisión creada ex profeso, según definió el Consejo Político en sesión extraordinaria.
 
El reto ante estas decisiones está en la capacidad de las dirigencias nacional y estatal, que encabeza Jorge Estefan Chidiac, para controlar los previsibles brotes de inconformidad de militantes por toda la entidad.
 
Efectivamente, el tricolor se aleja, con la inclinación por estos métodos, de la democracia tradicional interna —que en realidad no practica ningún partido—, pero también evita el desgaste que puede lesionar la cohesión dentro y la fortaleza ante los adversarios, al rehuir una elección intramuros o abierta a la población, para definir candidatos y candidatas .
 
Las campañas entre correligionarios suelen ser incluso más intensas y beligerantes que contra adversarios externos.
 
El pasado martes estuvo en Puebla Ochoa Reza, luego de al menos dos cancelaciones anteriores. En apariencia dejó a los priistas poblanos con esperanzas de que ahora sí recibirán el apoyo para darle la batalla en las urnas al morenovallismo.
 
En la reunión con cuadros y dirigentes, el ex director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) se despojó del acartonamiento y dejó a un lado su estilo tan propio de comportarse, muy congruente con su educación en la Universidad de Columbia, para generar empatía con sus huestes.
 
Sacó una empática frase de la chistera y les aseguró a los poblanos que no existe un pacto soterrado y oscuro con Moreno Valle, para que el tricolor pierda el 1 de julio de 2018: “Si alguien dice que Puebla ya está negociado, díganle que es un pendejo”, les soltó a los priistas y se los echó a la bolsa.
 
Aunque hasta hace unos meses parecía que el PRI se dirigía a un desfiladero electoral, desde distintas trincheras, incluido Los Pinos, se han venido construyendo con paciencia —aunque a veces parece que demasiada— las condiciones para presentarse con competitividad ante las urnas.
 
Las dirigencias nacional y estatal de Puebla tienen ante sí una tarea titánica y complicada, para ir planchando las inconformidades que se vayan presentando entre los aspirantes, para llegar con candidatos únicos con suficiente respaldo y legitimidad.
 
La convocatoria del tricolor para los cargos de gobernador, legisladores y alcaldes saldrá unos días después del 20 de noviembre, por lo que los próximos días son cruciales para el tricolor.
 
La encrucijada y las tormentas están a la vista.