El coordinador de Organización de Morena en Puebla, Luis Miguel Barbosa Huerta está seguro que Rafael Moreno Valle se ha convertido en un político incómodo hasta para el grupo de Enrique Peña Nieto.

“En cualquier acción de gobierno” durante ese sexenio hay delitos, dijo el senador, quien para sorpresa de no pocos, resultó ganador de la encuesta que el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) hizo para elegir a quien con toda probabilidad, será su candidato a gobernador en 2018, año en que ese partido irrumpirá por primera vez en la escena electoral local.

Barbosa Huerta se reunió a comer el viernes pasado con un pequeño grupo de periodistas entre quienes estuvieron Rodolfo Ruiz, director de e-consulta.com; el autor de esta Parabólica; Xavier Gutiérrez; Jesús Manuel Hernández; Alejandro Manjarrez; Gabriel Sánchez; Patricia Estrada; y Raúl Torres Salmerón.

Fue un encuentro sin formalismos, vetos ni temas tabú. El oriundo de Tehuacán habló de su actividad política, la gestión que ha realizado por su tierra y de las relaciones políticas que un día lo colocaron cerca de Moreno Valle o de figuras nacionales, como el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.

Reveló por ejemplo que fue él quien informó a Moreno Valle de la detención de la ex dirigente del SNTE, Elba Esther Gordillo Morales, en febrero de 2013, luego de que su tocayito Osorio Chong se lo comunicó personalmente por teléfono, al salir de una comida por la zona de Polanco.

Describió una reacción con titubeos y nerviosismo del ex gobernador de Puebla en ese entonces, a quien, anticipa, llevará a la cárcel si llega a ser gobernador de Puebla tras la elección concurrente del próximo año.

Habló de su relación con Andrés Manuel López Obrador a quien juzgó como un estadista. Hábil como el legislador que es, entró a todos los temas espinosos como el video aquel en el que descalifica al ex candidato presidencial.

Eso sí, se reconoció fuera del círculo íntimo del tabasqueño a quien además del perfil de izquierda, los une una coincidencia, la salud quebrantada a finales de 2013 y de la que salieron con una diferencia de días, a principios de 2014.

Frente a los comensales se dijo con la salud, fortaleza y convicción de desplegar una campaña más allá del padecimiento diabético que lo hizo perder una pierna hace tres años.

Hay Luis Miguel Barbosa para rato, según se pudo concluir de una larga y hasta divertida sobremesa, sobre todo cuando la charla tomó el rumbo de los amores furtivos, la admiración por la belleza femenina y el erotismo en la edad adulta. 

Como anfitrión Barbosa Huerta resultó divertido, polemista y habilidoso para manejar expedientes espinosos.