¿Qué es mi mente? Sé que sé lo que pienso, lo que he soñado y lo que vivido, pero qué es. Dicen que está en mi cerebro, pero no se puede ver, ni tampoco algún “científico” nos ha dicho en qué lugar se ubica. 

Veo mis neuronas pero, no veo mi pensamiento ni a mi mente que es de donde se supone que nacen. Es más, ahora dicen que en el estómago, en el corazón, y en algunas otras tripas existe una especie de cerebro que reacciona, pero no piensa, que no imagina cosas ni inventa nada.

Entonces, ¿qué es la mente, por qué pensamos, por qué creamos, por qué evolucionamos o nos destruimos? Existen libros para incrementar la creatividad, para fortalecer la memoria, para fomentar tu sistema neuronal, para alcanzar el éxito, etcétera, pero no hay un sólo libro que te diga a dónde está la mente, por qué existe, cómo está constituida. Hay que diferenciar entre qué es la mente y qué es el pensamiento o la memoria. 

Eso sí, por ejemplo sabemos que el tlapehue y la mota nos ponen “hasta atrás” y nos permiten agarrar el “patín volador”, o nos convierten en Superman, o de plano nos dejan como trapo de taller mecánico. Es obvio que esto hace pomada a nuestro cerebro, a nuestro cuerpo y al sistema neuronal, pero cuando recobramos la consciencia nos damos cuenta que seguimos pensando a pesar de todo. Probablemente no nos guste mucho lo que pensamos, pero la verdad es que el pensamiento sigue ahí, vivo, luchando desesperadamente, a pesar de todo. Y si el pensamiento sigue vivo es porque la mente insiste en decirnos algo. Claro que esto no me explica qué es la mente ni por qué sigue ahí como un amante testarudo.

Me pregunto: ¿Qué tal si fuésemos mucho más que simples macehuales angustiados en busca del poder o de la sobrevivencia, qué tal si fuésemos simplemente un poderoso pensamiento? El pensamiento de alguien al que le hemos puesto miles de nombres, o de plano no creemos en ello. Existe la teoría mafufa de que somos y estamos en una especie de matrix, cosa que no creo ni tampoco me responde ¿qué es la mente?

Más bien pienso que somos un pensamiento de alguien que creó todo esto, porque no creo que todo el universo y las dimensiones que no conocemos hayan sido un “accidente” como juran y perjuran nuestros honorables científicos que son incapaces de decir ¡no sé!, pero de que existe, existe.

Yo, como Sócrates, “sólo sé que no sé nada”, y lo que sé ni yo lo entiendo.