A la hora del primer café matutino, mientras usted lee esta entrega, José Antonio Meade Kuribreña podría haber ya anunciado en una conferencia de prensa su renuncia a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), para ir por la candidatura priista a la Presidencia de la República. 

En ese supuesto, estará ya por anunciarse en el trascurso de esta mañana de lunes, que el director de Petróleos Mexicanos (Pemex), su tocayo José Antonio González Anaya, lo sustituirá en Hacienda; asimismo, que el coordinador del equipo que tendrá el reto de que el cuatro veces secretario de Estado llegue a Los Pinos será el secretario de Educación Pública (SEP), Aurelio Nuño Mayer, quien también renunciará a esa posición en los próximos días.

La definición de Enrique Peña Nieto a favor de Meade para que sea el candidato tricolor —aunque ni priista es—, para la Presidencia de la República, tiene repercusiones nacionales, pues queda debilitado, aunque con dignidad, por mostrar disciplina, el grupo que impulsaba al secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, que ahora buscará acomodo en el reparto del pastel electoral de 2018, pero también toca de modo especial al priismo de Puebla.

El presidente del Comité Directivo Estatal (CDE) del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Jorge Estefan Chidiac, es un político y operador muy cercano a Meade. 

De hecho, mucho antes de que se modificaran los estatutos del tricolor, a principios de agosto pasado, que ahora permiten que un externo sea su candidato presidencial, ya hacía abiertamente campaña aquí y por donde anduviera, a favor del ex titular de la SHCP.

Fue él quien presentó en la Mesa de Estatutos, en las reuniones previas a la Asamblea Nacional, la propuesta de modificación del artículo que ahora permite a Meade ser el ungido. Siempre reportó directamente a él sus pasos, sus avances, su cabildeo.

Sin duda, Estefan es el gran ganador con la unción de quien fue titular de Energía y Hacienda en el sexenio del panista Felipe Calderón y luego secretario de Desarrollo Social, canciller y también titular de la SHCP, con Peña Nieto.

Otro que seguramente esbozó una sonrisa amplia y campechana cuando la tarde-noche del domingo se conjuntaron las señales sobre el destape, fue el diputado federal Víctor Giorgana, quien hizo su personal pase de lista y rendición de pleitesía, cuando el pasado 15 de agosto destapó a Meade ante 54 de sus compañeros legisladores y su coordinador, César Camacho Quiroz, en una reunión de la cúpula priista de San Lázaro con el titular de las finanzas nacionales.

Las candidaturas en Puebla, como en todo el país, tendrán ahora dos grandes voces definitorias: de acuerdo con los rituales del priismo, tanto Enrique Peña Nieto, como el presidente que se va, como Meade, como el candidato que llega, palomearán o vetarán a algunos aspirantes.

Aquí la incógnita es qué pasará con el subsecretario de la Sedatu, Juan Carlos Lastiri Quirós, quien en apariencia ha quedado fuera de la carrera por la candidatura del PRI a Casa Puebla, una vez que su mayor apuntalamiento se lo daba el titular de Gobernación, quien también fue excluido del camino hacia Los Pinos.