La confirmación de que en política no siempre 2 más 2 son cuatro es el vencimiento del plazo que Alejandra Barrales dispuso hasta este miércoles, para maniobrar desde la dirigencia del Partido de la Revolución Democrática los términos para que el Frente Ciudadano por México (FCM) tenga los mecanismos idóneos para elegir a su candidato a la Presidencia de la República. 

La voluntad la hubo desde el principio. Todo pareció ir viento en popa pero el naufragio apareció. Insuficiente el esfuerzo de los tres dirigentes de partidos políticos, no alcanzó para concretar nada.  

El tiempo del fin vino tras el silbatazo que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, que ayer a mediodía ordenó que la ex sindicalista aeroportuaria deje la presidencia de la franquicia de mayor rentabilidad electoral en la Ciudad de México, y participante de los tres partidos que conforman lo que aún se llama pretendidamente FCM junto al PAN y al Movimiento Ciudadano.

A partir de este último día de noviembre, Barrales contará con seis días hábiles para comenzar a ordenar la casa, preparar el menaje de oficina y además, continuar la negociación en el FCM que entró en una zona turbulenta por la creciente demanda de uno de los suyos, el aún Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera de ser él y no Ricardo Anaya, el candidato presidencial.

Sin ciudadanos —Enrique Krauze, Juan Pardinas y Jorge Castañeda declinaron a la invitación—, el frente partidista carece de tiempo para presentarse ante el Instituto Nacional Electoral para formalizar el convenio de coalición como lo dicta el calendario electoral.

El plazo fatal ocurre a la mitad del mes de diciembre a la que llega sin Alejandra Barrales por una disposición irrebatible pues deberá dejar el cargo a partir del 9 del mismo mes.

Como ondas concéntricas, la falta de acuerdos, el ego exacerbado y la ambición política entre Anaya y Mancera, provocó que en Puebla la última veladora que el ex gobernador Rafael Moreno Valle tuvo encendida para ser candidato presidencial, se extinguiera hasta quedar en la oscuridad.

Sin sus aliados en el Frente, como Dante Delgado, propietario del Movimiento Ciudadano y sin margen para negociar con Ricardo Anaya, Moreno Valle deberá esperar a tejer nuevos pactos para conservar los cotos de poder de los que dispone en el escenario local. 

Eso si el dirigente nacional panista decida cumplirlos. 

Una larga lista de traiciones o acuerdos rotos llenan la conducta pública del queretano y transitar con perfiles como estos son siempre andar en tierra fangosa.