Desapareció de la escena y su permanente afán de estar en el mass media parece haber cesado; si acaso mantiene cierto activismo en las redes con la estrategia que lo ha caracterizado: ni ve ni oye a los críticos sistemáticos. La interactuación es nula, inexistente. 

Hasta el timing perdió con una participación en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara el sábado 25 de noviembre a las 4:00 de la tarde en un foro organizado por José Woldenberg que se perdió en medio de la oferta cultural del escaparate más importante para el trabajo literario e intelectual de América Latina.

Y es que la actuación de Rafael Moreno Valle, el ex gobernador de Puebla que el 22 de septiembre del año pasado había anticipado en el programa de noticias mañanero de Televisa que buscaría “con cuerpo y alma” la candidatura presidencial por el Partido Acción Nacional ha llegado a su fin.

Insuficiente la retórica empleada desde que anticipó su propio auto destape en el juego por la sucesión de quien ocupará la Silla Presidencial a partir del 1 de diciembre de 2018, a Moreno Valle se le terminó el reflector para el lucimiento personal del que alimenta sus apetitos personales.

La hipótesis que apunta a que ha dejado el empeño por ser abanderado del cada vez más debilitado Frente Ciudadano por México o por el PAN va en aumento. En los comederos políticos de la Ciudad de México y en los domésticos la versión es la misma: ya se bajó.

El jueves 23 de noviembre el dirigente de Nueva Alianza, Luis Castro declinó la intención de ser incluido en el FCM, el espacio desde donde haría el papel de esquirol del poblano, una señal inequívoca era enviada. Leída con atención, era la primera manifestación de que la retirada de la contienda estaba en marcha.

El sábado 25 un artículo en Reforma colocaba al aún aspirante a la candidatura, como lo que ha sido desde que llegó a la oficina de la Secretaría de Finanzas y Desarrollo Social en tiempos del ex gobernador Melquiades Morales, uno de sus impulsores en la vida política: el político que promete pero no cumple.

El proceso de descomposición había comenzado desde mediados del mes pasado cuando Moreno Valle endureció el discurso por la falta de apertura de parte de Ricardo Anaya, hasta utilizar como correo de transmisión la columna Serpientes y Escaleras de Salvador García Soto en El Universal con una argumentación que no dejaba lugar a dudas: “no voy a negociar nada”.

Este jueves 30 Reforma hizo publicar la primera encuesta en la que figuran al menos tres de los nombres que con toda seguridad competirán en la contienda presidencial de 2018: José Antonio Meade por el PRI-Verde; Andrés Manuel López Obrador, por Morena-PT; y Ricardo Anaya, por el PAN-PRD-MC.

La muestra fue levantada entre el 23 y 27 de noviembre con mil 200 cuestionarios, según la vitrina metodológica con un margen de error de 3.4 por ciento sólo para confirmar que la posibilidad de tener un candidato presidencial poblano se ha extinguido pues en los cruces el autor de La Fuerza del Cambio es el menos competitivo con un 9 por ciento, casi la mitad del 17 por ciento que obtuvo el debutante en la contienda, José Antonio Meade; y una cuarta parte de la intención que obtiene López Obrador, con 33 puntos.