La llegada de José Antonio Meade al PRI trajo consigo una ola de optimismo entre los militantes poblanos del tricolor, sabedores de que cualquier fractura los llevará una vez más a la derrota.

Las señales desde el anuncio oficial de Meade apuntalan a la unidad partidista y ya lograron el respaldo de perfiles importantes como Miguel Ángel Osorio Chong y Manlio Fabio Beltrones.

Sin duda, Meade tendrá voz y voto en la elección del candidato priista a gobernador de Puebla. Y es ahí donde la unidad se pone en juego una vez.

Para nadie es desconocido que Meade tiene una relación muy cercana con Jorge Estefan Chidiac, actual diputado federal y dirigente estatal del tricolor. Y la balanza podría inclinarse por líder del priismo poblano.

De darse ese escenario la unidad del PRI poblano estaría a prueba. Y veríamos si son capaces de cerrar filas en torno al candidato designado.

Por el momento, al menos en el terreno declarativo, Juan Carlos Lastiri, que trabaja intensamente para conseguir la ansiada nominación, dio muestras de fortalecer la unidad priista.

En caso de que sea otro el elegido, como Jorge Estefan Chidiac, Enrique Doger, Lucero Saldaña, Juan Manuel Vega o José Luis Flores, Lastiri jura y perjura que se sumará para apoyarlos.

En declaraciones a los medios masivos de comunicación, Lastiri dejó en claro que él siempre se conducirá en un factor de unidad, en caso que no sea elegido como abanderado para la gubernatura de Puebla para el 2018.

El PRI requiere de un millón de votos para recuperar Casa Puebla, gran parte de ese objetivo depende de la unidad.

Desgraciadamente para los priistas poblanos cuando se habla de unidad recurren a la simulación y a la negociación bajo el agua. Así sucedió en las dos últimas elecciones para gobernador.

Ojalá aprendan de la lección y realmente mantengan la tan trillada unidad y no desaprovechen el oleaje de optimismo que trajo Meade.

Veremos y diremos.