Para nadie en el medio político era un secreto que el titular de la Secretaría de Economía Michel Chaín, era un hombre confiable para el gobernador Tony Gali, al igual que fue para Rafael Moreno Valle.

Sin embargo, cuatro puntos están a punto de cambiarle su —hasta hace poco— prometedora carrera política: su soberbia, vanidad, falsedad y deslealtad.

Derivado de sus declaraciones a una revista, en Casa Puebla quedó claro que para Chaín, colgarse las medallas de su jefe es cosas de su día a día.

Sin mayor empacho, se adjudicó la principal obra del gobernador Tony Gali, al  presumir la paternidad de La Industria Militar en La Célula.

Sin recato alguno, dijo ser quien dio vida a La Célula y hasta se regocijó de ser el hombre que negoció la llegada de la Industria Militar a Puebla con el general secretario Salvador Cienfuegos.

En su afán protagónico, decidió olvidar que la relación entre el alto mando del Ejército está muy lejos de un secretario estatal, ya que la única línea existente es con el gobernador del estado.

Pero todo indica que el proceder de Michelito viene de tiempo atrás, toda vez que al igual que ahora presume la salvación de La Célula, también se atribuye la paternidad de la Plaza Puebla en Los Fuertes, la cual —nos guste o no— es mérito del ex gobernador Moreno Valle, quien en su período también confió en él.

Y por si algo nos faltaba, Michelito también dice ser el gran recuperador del empleo en Puebla, como si fuera el verdadero Rey Midas de la política.

Es tal la soberbia, que el nuevo joven maravilla piensa que todo lo bueno que sucede en Puebla es gracias a sus dotes divinas.

Lo que no midió es que si algo no tolera el gobernador, es la mentira y la deslealtad.

El manotazo en Casa Puebla puede costarle no sólo la candidatura, sino hasta su cargo en el gabinete.

Por lo pronto, hoy será uno de los ausentes en la visita del general Cienfuegos a Puebla.

Lo que se ve, no se juzga. Lo que no midió es que si algo no tolera el gobernador, es la mentira, y eso podría costarle no sólo la candidatura, sino hasta su cargo en el gabinete.

Por lo pronto, hoy será uno de los ausentes en la visita del general Cienfuegos a Puebla.

Lo que se ve, no se juzga.

Las dudas en el INE

A unos días de que entraron en funciones los Consejos Distritales del Instituto Nacional Electoral (INE) los problemas ya iniciaron, y esto podría generar la queja de los partidos políticos en un futuro en contra del árbitro de la contienda, ya que no se está cumpliendo con la exigencia de transparencia en los procesos.

Uno de los distritos que comienza a ser señalados es el IX, con cabecera en la capital, que en la sesión de la junta distrital la rifa de las mamparas para la colocación de la propaganda electoral, se presume no se llevó siguiendo el protocolo, y esto no dejó contentos a los partidos.

Lo serio del problema es que quien preside la junta no llegó apenas al cargo, sino que lleva ya algunos años trabajando para el INE, se trata de Héctor Castro Rivadeneyra, quien no llevó de manera adecuada la sesión, y estuvo a punto de salírsele de las manos.

Hay que recordar que en la sesión del 1 de diciembre, cuando en la Junta Local se aprobaron los Consejos Distritales hubo cuestionamientos sobre la legitimidad del proceso, y situaciones como la que nos fue informada podrían dar la razón a quienes protestaron porque varios de los que integran los consejos, sus nombres aparecen en los listados de los partidos políticos.

El INE tiene la oportunidad de corregir, esto apenas inició.