Nunca en la breve historia del grupo que comanda el exgobernador Rafael Moreno Valle vivió una crisis como la que hoy padece.

Tras su fracaso por la candidatura panista a la Presidencia de la República, la incertidumbre y la desesperación se apoderó del morenovallismo. 

Lo publicado ayer en la columna Templo Mayor, del Diario Reforma es muy sintomático de lo que sucede al interior de ese grupo.

“SIGUEN saliendo las facturas ocultas que pagó Ricardo Anaya para ser candidato presidencial del frente PAN PRD MC.

Dicen que Rafael Moreno Valle logró una negociación muy ventajosa para sus propios intereses.

De entrada dicen ya dejó amarrado que su esposa Martha Érika Alonso sea la candidata a la gubernatura poblana.

ADEMÁS será el ex gobernador quien decida las candidaturas al Senado por Puebla y palomeará la lista de los candidatos a diputados federales de la entidad.

Eso sin mencionar que él mismo se perfila desde ya para tomar las riendas del panismo en el mediano plazo.

El texto es muy elocuente. Es una patada de ahogado del grupo morenovallista ya que esa negoción ya no depende únicamente de Anaya sino de las nuevas reglas del frente que construyo del mismo Anaya.

Así que cualquier supuesta negociación queda sin efecto. Lo cierto es que esa columna fue dictada por algún operador morenovallista para tratar de atenuar la grave crisis política que vive el grupo.

Ese es la única postura del grupo de Moreno Valle, aún no hay postura oficial, solo hay un silencio sepulcral que deja mucho que desear.

Moreno Valle estiró tanto la liga que se quedó sin capacidad de negociar, sin capacidad para subirse al camión de la victoria de Anaya.

Ahora tendrá que enfrentar el crudo invierno que le acecha y lo peor en la soledad del poder.

El sueño presidencial simplemente se le esfumó. No hay más posibilidades de llegar a Los Pinos, ahora sólo queda defender la plaza a capa y espada. 

Pero la venganza de los grupos que fueron excluidos por él, ahora están muy cerca del poder y tienen el sartén por el mango.

Sin duda, en los próximos días la batalla por las candidaturas en Puebla será intensa y se verá de qué cuero salen más correas. 

Hasta ahorita existe un morenovallismo herido y un grupo de panistas tradicionales que resurge con fuerza y muchas posibilidades de retomar el poder en Puebla.

Veremos y diremos.