A quien le urge un médico para que lo atienda de las alucinaciones que sufre, es a Pablito Rodríguez Regordosa, quien cree que es Dios.
Y no se rían porque anda por las calles diciendo que es tan bondadoso y desprendido que regaló su candidatura al Senado y que es tan poderoso, que él va a poner al próximo alcalde.
Esta es la historia.
Por increíble que parezca, Pablito Rodríguez se asumió como el baluarte del PAN en Puebla.
El día de ayer, declaró a Oro Noticias dos acciones que si fueran verdad, lo convertirían en un político de excepción.
Dijo que le cedió la candidatura al Senado a Tony Gali Jr. y que él promovió ante el Comité Ejecutivo Nacional que fuera Eduardo Rivera el candidato a la alcaldía.
Esto es lo que declaró textualmente:
“Ayer que hubo sesión de Consejo Nacional del PAN y en la Ciudad de México hablé con algunos actores para pedirles que aunque Tony Gali López es un militante del PRD sea éste designado como candidato a esta posición, a senador, en el entendido de que la posición le corresponde al PAN, aunque la encabezaría un militante de otro partido”.
“Lo más importante para todos es ganar la elección en los próximos comicios a gobernador a Puebla y sumaremos todos los perfiles. Haremos el esfuerzo de sumar a todos y estaremos promoviendo que Eduardo Rivera sea incluido como candidato a presidente municipal si hace falta”.
Vaya bondad y espíritu incluyente el de Pablito.
Sin embargo, tiene dos graves problemas que demuestran su diarrea verbal.
En primer término, no puedes ceder lo que nunca has tenido. No le puedes ceder la candidatura al Senado cuando nunca ha sido tuya. Con su afirmación sólo busca justificar su nuevo fracaso.
Y respecto a Eduardo Rivera, es de risa que un personaje como Pablito, asegure que él es quien va a promover esa candidatura.
La cada vez más factible candidatura de Lalo Rivera es impulsada desde la cúpula yunquista nacional a través de Antonio Adame, quien ha sostenido constantes pláticas con Damián Zepeda y Santiago Creel para que sea designado por el CEN.
En conclusión, las negociaciones para definir las candidaturas al Senado y a la alcaldía de Puebla están muy lejos del alcance de Pablito.
Si el CEN decidió quitarle la facultad de definir las candidaturas de legisladores federales es porque la mesa de negociación sigue sin cerrarse y así Anaya manda al morenovallismo una nueva señal de poder.
Sin embargo, todo indica que el éxito de la negociación hoy depende de la apertura a las corrientes tradicionales panistas, en donde Lalo Rivera es la carta más visible.
A esa realidad quiere montarse Pablito, aunque no tenga ni la más mínima posibilidad de influir en las decisiones.
La foto del timorato escondiéndose detrás de una lona para exigir la no imposición a Anaya nos describe el tamaño de Pablito.
¿Para qué pegarle a un muerto?
Hay cosas que francamente no entiendo. Si realmente la campaña de Meade no levanta, ¿por qué la preocupación de AMLO y Anaya?
Un argumento recurrente de Ricardo Anaya y Andrés Manuel López Obrador es que la campaña del ex Secretario de Hacienda “no prende”. Al grado de generar el rumor de que el precandidato priista será relevado por Aurelio Nuño.
Pero aquí algo no cuadra. De entrada, el Frente mantiene enfocados sus cañones para estallar en el PRI y en su candidato. Escándalos como los de Chihuahua y Sedesol confirman el interés de Anaya en Meade y en mucho menor medida en cuestionar al AMLO.
El tabasqueño por su parte, le tunde un día sí y otro también a Meade y hasta apodos le pone y señala que la independiente Margarita Zavala le dará más pelea.
Y es aquí en donde surge una pregunta: Si Meade está perdido y no tiene ninguna opción ¿para qué golpear a un muerto?