Una fuente confiable reveló a este columnista el reciente pacto sellado entre el líder nacional del Partido Verde, Jorge Emilio González, y Rafael Moreno Valle, para que Juan Carlos Natale sea candidato a gobernador de ese partido.

El acuerdo implica ocho ceros y varios otros compromisos de negocios durante los próximos seis años.

De esta manera, el aliado de Peña Nieto y Meade en la elección federal le jugará las contras al PRI en Puebla, para buscar quitarles 200 mil votos.

Y esto se da ante la sospechosa complacencia de los líderes priistas, quienes evidentemente, ya cedieron la plaza al grupo morenovallista a cambio de la supuesta aportación de un millón de votos en favor de José Antonio Meade.

Y aunque aún hay priistas que siguen sin darse cuenta, la realidad es que en Puebla, la gubernatura fue sacrificada a cambio de una operación en favor del candidato tricolor.

Para entender estos acuerdos, hay que partir de la base de que el principal beneficiado de una derrota de Ricardo Anaya en el PAN es —sin duda— Rafael Moreno Valle.

Si Anaya se convierte en presidente, el morenovallismo estaría condenado a atrincherarse en Puebla, ya que el mando único del PAN nacional estaría en la casona de Los Pinos.

De ahí que para mantener vivos sus sueños presidenciales, Rafael requiere de manera obligada de una derrota de Anaya, para intentar tomar las riendas del CEN blanquiazul.

En esa lógica, el ex gobernador no tuvo empacho en prometerle a José Antonio Meade un millón de votos en Puebla.

Que quede claro que con y sin compromiso con Meade, Rafael va a operar en contra de Anaya en la presidencial, salvo que al momento de la elección, el abanderado tricolor haya sido electoralmente desahuciado.

De ahí que la maquiavélica ingeniería electoral planeada por Moreno Valle después del fracaso de su proyecto presidencial esté caminando a las mil maravillas.

De entrada, la candidatura de su esposa Martha Erika está prácticamente amarrada.

Con la inclusión de Tony Gali Jr. al Senado asegura la operación de la estructura del hoy gobernador, que aunque pueda pensarse que es la misma, en realidad son complementarias a la morenovallista.

Pese a que no estaba en sus cálculos originales, Rafael gana con la imposición que desde el CEN se realiza para que sea Eduardo Rivera el candidato a la alcaldía.

Con la inclusión de Lalo, la alianza suma al lastimado grupo yunquista, teniendo que hacer a un lado sus odios, cuando menos durante la campaña.

Una jugada clave es la de lograr que Nueva Alianza y el Verde no jueguen por el lado tricolor en la elección de gobernador, lo cual blinda electoralmente a su esposa y de paso coloca candidatos que le quitarán votos al abanderado a gobernador del PRI.

La exclusión de Nueva Alianza en la coalición estatal le permite a Rafael mover a placer la estructura magisterial que recibió de herencia de manos de su mentora Elba Esther Gordillo.

El último acuerdo entre Moreno Valle y el Niño Verde para hacer a Juan Carlos Natale el candidato a gobernador del Verde es el último clavo al ataúd tricolor.

En conclusión, la plaza fue entregada y los priistas poblamos nuevamente sacrificados.

No hay peor ciego que el que no quiere ver.

Cantado, vale doble

Tal y como lo anticipé en esta columna, en Infraestructura habría un cambio de titular, por lo que ayer el gobernador Tony Gali confirmó que Xabi Albizuri es el nuevo secretario de la dependencia encargada de la obra pública.

En Secotrade fue ratificado Jaime Oropeza, quien figuraba como encargado de despacho.

En los próximos días también será ratificado Enrique Robledo Rubio, también encargado de despacho. Y unas semanas después se nombrará al nuevo secretario de Desarrollo Social, cuando renuncie Gerardo Islas para buscar una diputación federal.

Y aunque algunos hablan de movimientos en Gobernación y Educación, todo indica que —en el corto plazo— no habrá más cambios en el gabinete.