Antes del viernes 26 deberá quedar terminado el trabajo de conciliación entre los grupos que han dedicado horas y desvelos a convertirse en candidatos a gobernador en Puebla.

La sola publicación de la convocatoria establece como plazo fatal para hacer formal anuncio para buscar la nominación, el sábado 27. La fecha del registro está prevista para el último día del mes en curso, pero el sólo hecho de colocar como primer eslabón de la cadena de selección una manifestación pública el próximo sábado, obliga a los aspirantes a abrir el juego.

El plazo límite explica el nerviosismo generado entre quienes han sido mencionados con insistencia. Tres son los finalistas, aunque el juego de probabilidades hay factores en favor y en contra para conseguir esa posición.

El ex edil Enrique Doger Guerrero, delegado del Instituto Mexicano del Seguro Social a quien se le considera aún el futuro abanderado; el subsecretario de Sedatu, Juan Carlos Lastiri, con la primera posición en la fórmula al Senado de la República; y Jorge Estefan Chidiac, presidente del PRI y quien forma parte del círculo de amigos del presidenciable José Antonio Meade.

Todos deberán ser llamados en las próximas horas a la dirigencia nacional de ese partido para escuchar las “Palabras Mayores” como escribió ese prolífico narrador del poder político en México publicada a mediados de la década de los ‘70.

La intensidad con la que se han vivido las últimas horas en ese partido político ha tenido de todo: amagues y filtraciones, borregos que se cuentan por decenas y un silencio sepulcral en los cuartos de guerra de los mencionados.

El juego llegó a la última etapa y el único que se ha mantenido haciendo política partidista es el dirigente del PRI local, que hoy estuvo toda la mañana en el edificio de Insurgentes en la Ciudad de México. En cambio el silencio es el signo de los otros dos perfiles que han hecho públicas sus intenciones.

Como en los juegos de cartas, tendrá más riesgo que otros de salir perdedor por el ansia, la desazón o la desesperación. El mejor y más seguro ganador será quien consiga no mover un sólo músculo del rostro, como sucede con los grandes pokaristas.

Llegó el momento para el que tanto han dedicado. Las reglas de ese partido están a la vista y el riesgo de la contienda es enorme ante la evidencia de un coyuntura particular: la elección a tercios con la irrupción en la escena de Morena, el partido más joven y de mayor crecimiento y la decisión del grupo de Rafael Moreno Valle de perpetuarse en el poder por un periodo sexenal más.

Al final de cuentas, para nadie es un secreto, el PRI que gobernó Puebla durante 80 años se juega su última carta antes de que pase al periodo de extinción.