Algunos por el afán de ganar una exclusiva, otros para hacerle el trabajo a algún suspirante y otros simplemente por mal informados, pero en esta etapa del proceso electoral, no hay periodista que se salve de caer en la maldita tentación de adelantarse a los hechos.

Así estamos todos y las versiones sobre una supuesta definición en el PRI en favor de Jorge Estefan Chidiac fueron creciendo, sin que exista un sólo elemento de peso para asegurar que será el candidato a gobernador.

Hasta hace unos días, la versión era que Enrique Doger era el candidato y que ya nada ni nadie lo bajaba.

No hay que hacerse bolas, las candidaturas del PRI las definen entre Enrique Peña Nieto y José Antonio Meade, sin que los rumores de la aldea puedan influir en la que será una decisión tajante y definitiva.

Sin embargo, es tal el nerviosismo de algunos suspirantes, que piensan que litigando en medios van a cambiar el ánimo de los dos que deciden.

Hasta ahora, lo único que se sabe con certeza es que el próximo sábado serán citados los tres aspirantes, para conocer quién de los tres será el candidato a gobernador, quién al Senado y quién a la Alcaldía.

En el entendido de que ni Juan Carlos Lastiri, ni Jorge Estefan están contemplados para la municipal.

Por su parte, los panistas también han generado una incertidumbre tal, que hasta ya dudamos de que la candidatura de Martha Erika Alonso esté tan firme como se decía.

Y es que con tanta información encontrada, en donde primero era Martha Erika a la gubernatura y Lalo a la alcaldía; al día siguiente que ambos contenderían por Casa Puebla a través de una votación del padrón panista; y ahora que será una encuesta que se levantó entre el sábado y lunes, resulta casi imposible predecir.

Y si sumamos que Anaya y Moreno Valle no confían el uno del otro, no sería extraña una puñalada trapera.

No quiero imaginar lo que sucedería en Puebla si bajan a la esposa de Rafael.

Resulta difícil de creer que no apareciera Martha Erika en la boleta a gobernadora, pero si hacen una encuesta seria —no como las de Morena—, las posibilidades de que Rivera salga mejor posicionado son muy altas por razones más que obvias.

Al interior del CEN del PAN se dice que la encuesta fue levantada entre el 20 y 22 y que se midió no sólo el conocimiento y el potencial de voto sino también los positivos y negativos de ambos lo cual podría darle ventaja a Eduardo Rivera.

No obstante, sigo creyendo que esta vez, el par de bomberos no se pisarán las mangueras y que Ricardo y Rafael se llevarán su tajada del pastel electoral en Puebla, respetando el acuerdo de hacer candidata a la esposa del poblano.

Pero también es un hecho que el fantasma de la traición ronda la Angelópolis.

O acaso ¿usted le confiaba las llaves de su casa o se atravesaba la calle a ojos cerrados con alguno de los dos?

Yo tampoco.

Así las cosas, quien diga que el PRI ya tiene candidato o que en el PAN ya está todo decidido, es por alguna de las tres razones con las que inicié esta columna.

Ni más ni menos.