Ya no hay marcha atrás. Oficialmente a partir de ayer, Enrique Doger Guerrero se convirtió en el candidato del PRI a Casa Puebla. La misión no es otra más que la de recuperar la gubernatura, que los priistas perdieron hace ya ocho años.
La candidatura de Doger genera una enorme expectación entre los priistas, principalmente los de la capital, donde la estructura del expresidente municipal tiene gran capacidad de movilización.
Sin embargo, pesa sobre la candidatura de Doger los mismos vicios de elecciones pasadas, tales como que la gubernatura ya fue negociada y que al final todos los sectores lo van a dejar solo.
La traición y la simulación rondan sobre la candidatura de Doger, que tendrá que trabajar con los priistas para enterrar estos dos factores que llevaron a la derrota a Javier López Zavala y Blanca Alcalá.
Mucho se puede especular sobre el tema, pero lo único que hablará sobre las verdaderas intenciones de ganar la gubernatura es el discurso del también exrector de la BUAP.
En los próximos días, veremos si Doger es capaz de poner los acentos sobre las íes, o si prefiere nadar de muertito y dejar que las cosas sucedan.
Si bien hay un descontento en contra del presidente Enrique Peña Nieto también lo es la gran molestia que existe contra el exgobernador Rafael Moreno Valle no sólo por su desastroso sexenio sino por querer imponer a su esposa en Casa Puebla.
Doger tendrá que aprovechar esta coyuntura política para ganar votos. El voto de castigo en contra del morenovallismo juega a favor de Doger, pero tendrá que asumir un discurso de verdadera oposición.
Eso es lo único que puede salvar al PRI de una derrota inminente. Una postura aguerrida y con argumentos que exhiba los abusos del grupo morenovallista y la intentona de reelección por interpósita persona.
Sólo eso prenderá a los priistas que se siente indefensos antes los constantes abusos de morenovallismo como las fotomultas, las obras faraónicas sin utilidad mayor que la decoración, la constante violación de los derechos humanos, entre otros muchos abusos que se cometieron durante el sexenio de Moreno Valle.
Un discurso de respeto a la mujer, haciendo a un lado su relación marital y que haga diferencia entre el exgobernador y la candidata panista, confirmaría que la elección está arreglada.
¿O será que veremos al Doger aguerrido e irónico que se atreva a anunciar cárcel para Moreno Valle?
Veremos y diremos.