Usted debe estar enterado que la tarde-noche del miércoles alguien arrojó una granada al interior del Mercado Miguel Hidalgo y que ésta no explotó.

Y le digo que no explotó porque el que la arrojó no le quitó el seguro del arma militar.

En otras palabras, fue una especie de advertencia o de amenaza.

Tras el aviso amistoso todos se dieron por aludidos y un servidor se refiere a la organización de vendedores ambulantes 28 de Octubre.

Los líderes de esta organización acudieron a todas las instancias legales para enterarlas de lo ocurrido, entre éstas a la Delegación Puebla de la Procuraduría General de la República (PGR).

Además del informe de la granada los preocupados revelaron que antes del lanzamiento del artefacto bélico sucedió que un sujeto fue descubierto tomando fotos a locales, pasillos, comerciantes y cuando le reclamaron les dijo que era de un cártel.

Del cártel de Jalisco.

El sospechoso fue entregado a la Policía Municipal.

Y luego alentaron la granada.

Los otros jalicienses

Y no faltó quien se adjudicara la travesura.

Uno fue Luis Enrique Tolentino Vargas (a) “El Tolentino” que en fechas recientes ha aparecido como quien mueve el comercio de las drogas desde el Cereso de San Miguel.

Y es que nuestro personaje sostiene tórrida amistad con 5 internos del dormitorio “L” del penal de Puebla, que tienen reciente ingreso y dicen ser del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG).

Y no sólo conviven, también planean y ahora dice que él mandó al emisario y la granada al Mercado Hidalgo.

Y no sólo eso sino que como Pinky y Cerebro, se quieren apoderar del Cereso y después Puebla y quien quita...

Más jaliscienses

Existe un reciente grupo de malandros que se están dedicando a la extorsión, asaltos y probablemente ejecuciones y no son nada más que expolicías de grupos élite, además de madrinas, que conocen los recovecos del lado oscuro de Puebla.

Todos ellos, sus mantas y sus alardeos están alimentando la idea de que en Puebla hay guerra de cárteles.

Y nadie dice que no estén presentes, sólo que algunos se aprovechan de su fama.

Nos vemos cuando nos veamos.