Usted debe de recordar que la tarde del martes se registró una riña en el área de las canchas de futbol del Centro de Reinserción Social (Cereso), de San Miguel, que dejó como saldo un herido con arma blanca.

Que el interno Ángel de Jesús Merino, lesionó con una punta hechiza a Álvaro Uriel Flores Meneses, quien tuvo que ser trasladado al Hospital General del Sur, donde se reporta como estable.

Lo que no se ha dicho es el móvil, que tiene que ver con una estafa, fraguada desde el mismo interior del Cereso de San Miguel.

Y es que Uriel pagó con un cheque falso a los familiares de Ángel de Jesús un vehículo que estaba vendiendo, y luego no quiso reconocer la transa.

Y le explico:

La banda de los cheques en blanco

Dentro del Cereso de San Miguel opera una banda que se dedica a perpetrar fraudes con cheques falsos.

Los que componen la banda son los internos: Erick Sosa (a) “El Carnal”; Jorge Armando Mendiola Velasco (a) “El Monterrey” y Álvaro Uriel Flores Meneses, el herido.

Estos tres personajes, a través de sus esposas y desde el interior del penal de San Miguel, se dedican a la elaboración de cheques falsos, conocidos también como de hule, para la adquisición de propiedades, principalmente vehículos.

Tiene tiempo que estos tres y sus señoras se dedican a la actividad ilícita, que salió a relucir con lo ocurrido el martes en las canchas deportivas.

Y resulta que Álvaro Uriel, que cumple sentencia por haber asesinado a su prima para robarle dinero, compró un vehículo a los familiares de Ángel de Jesús Merino y se lo pagó con un cheque falso.

Cuando Ángel de Jesús se enteró que el cheque carecía de fondos, de inmediato le reclamó a Álvaro Uriel y este se negó a regresarme el automóvil.

Fue así como se dio la historia de la agresión.

Y ahora Álvaro Uriel se está rascando las vestiduras y pide que su agresor sea de inmediato trasladado al Cereso de Mediana Seguridad de Tepexi de Rodríguez.

Pero también hay una intención al quererse deshacer de su agresor, y es que se quiere quedar con el coche en cuestión y seguir su serie de transas sin que nadie le diga nada.

¿Será?

Nos vemos cuando nos veamos.