En su paso por Puebla, el candidato presidencial panista Ricardo Anaya enfocó sus baterías a criticar a los gobiernos corruptos como una herramienta para ganar votos entre los jóvenes.

Lo que se olvida el también llamado joven maravilla es que gracias a las corruptelas y espionaje de ese entonces aliado político Rafael Moreno Valle logró convertirse en el dirigente nacional del blanquiazul.

Tal se publicó en este espacio el 23 de Julio de  2015.

Bazucas contra resorteras en la elección azul. Mientras el equipo de campaña de Javier Corral hace la tradicional campaña panista, convenciendo de uno en uno a los miembros del padrón de su partido; el candidato oficial Ricardo Anaya, apoyado por Gustavo Madero y Rafael Moreno Valle, utilizan todas las artimañas habidas y por haber, para asegurar un amplio triunfo el próximo 16 de agosto.

Así las cosas, ilusamente, Javier Corral jugará a la buena ante tres mapaches profesionales.

Son tres los elementos que cargarán los dados y los tres serán operados por el mismísimo Señor de Los Cerros: el espionaje electoral, el padrón inflado y la compra del padrón de Corral.

Tal y como lo hemos documentado, el espionaje ya fue parte fundamental en la elección de Madero, en donde se infiltraron en el equipo de Cordero para apoderarse de su padrón.

De la misma forma, ahora Moreno Valle con el virus Galileo comprado a Hacking Team, se meterá a las entrañas del grupo corralista, y para poder comprar su padrón a base de billetazos, que por cierto no le faltan a este grupo.

Sin embargo, la gran apuesta es el padrón inflado que en conjunto, Moreno Valle y Ricardo Anaya es el punto medular que les asegura la elección.

Durante la presidencia interina de Anaya, fue cuando se infló el padrón, llegando al cinismo de triplicar el padrón de Puebla y a implementar en cuando menos 8 estados en un 30 por ciento.

Hace unos meses, se dio a conocer una grabación entre Ricardo Anaya y Miguel Ángel Yunes, en donde se presumía que hablaban de un jugoso negocio y un presunto pago de comisiones.

La realidad es que en esa conversación, los números de los que hablan ambos personajes, es el número de afiliados con el que inflarían el padrón en Veracruz.

En conclusión, la elección de Anaya es un proyecto electoral trabajado desde hace años por la trilogía que completan Madero y Moreno Valle, con argucias mapacheriles que ni en los mejores tiempos del priismo fueron utilizadas.

Ese es el partido del cambio.