Debo confesarlo: La frase juarista “El respeto al derecho ajeno es la paz” es, para mí, una frase que proclama un sueño guajiro que me saca ronchas, porque pensamos en ella como: “Si no quieres que haya bronca, o si no quieres que yo te falte, no me faltes a mí”. Me pregunto: ¿por qué algo tan aparentemente lógico no funciona?   

La vida me ha mostrado una y mil veces que uno no puede dar lo que no tiene. Esto es: yo no puedo amar si no sé lo que es amar, quizá porque nunca recibí amor. Entonces cómo voy a respetar o a reconocer el derecho ajeno si yo no tengo respeto por mí mismo; tal vez porque tampoco me respetaron a mí como debieran.

La falta de respeto hacia uno mismo es clara y tiene raíces muy profundas, por ejemplo: el hacer daño a nuestra persona, la mayoría de las veces confundiendo esta situación con un acto de satisfacción personal, como es el fumar, drogarse, beber con exceso, el buscar la confrontación constante o minusvalorarse, entre otras muchas actitudes que se presentan como una muestra clara de la falta de respeto a sí mismo. Entonces, cómo voy a amar si no me amo, cómo voy a respetar al “ajeno” si no me respeto.

Pienso, que Benito Juárez se refería únicamente a “las acciones”. Quiero creer que, Juárez debió ser una persona con un sentido del respeto que en la época que hoy vivimos es, simplemente inimaginable, puesto que lo que reina es la falta de respeto a todo; sobre todo a uno mismo. Entonces, ¿qué le puede esperar al “ajeno”? Por eso estamos como estamos.