Uno de los riesgos de las constantes visitas de Ricardo Anaya a Puebla es la falta de fondo y variedad en su discurso.

El día de ayer, el abanderado panista repitió el mismo mensaje de hace dos semanas.

Y no lo repitió en uno, sino en todos los eventos del día de ayer. Los reporteros que lo acompañaron durante el día podrían haberle arrebatado el micrófono y ellos continuar, porque ya se lo sabían de memoria.

Anaya es una máquina de repetir un mismo discurso, con el mismo sonsonete y los mismos ademanes.

Es tal lo repetitivo de su discurso que los reporteros de los medios nacionales iban anticipándose a cada frase, cada ejemplo y cada chistorete.

De esta forma, en el caso de Puebla nuevamente utilizó el desgastado mensaje contra Mario Marín, aludiendo a la cercanía de Armenta con el ex gobernador.

Fue exactamente el mismo argumento de hace dos semanas, al igual que el de tratar de defender a Moreno Valle con el tema del huachicol, culpando a Peña y al gobierno federal.

En el primer caso, nadie le explicó que justo frente a él, en primera fila, estaba sentado el principal promotor de Mario Marín para llegar a Casa Puebla y que dejó al PRI para ahora ser líder y candidato del Movimiento Ciudadano. Se llama Fernando y se apellida Morales.

Pero el problema es que le dan datos sueltos y no le cuentan el resto de la historia.

En el caso del huachicol, nadie duda en Puebla de la paternidad de Rafael. No se necesita un ADN para saber que durante el sexenio morenovallista el negocio del huachicol fue uno de los más prósperos del estado.

Es decir, que el discurso que repite como tarabilla el “joven maravilla” deberá ser revisado y variado para futuras visitas, y así evitar el riesgo de que se le vacíen los eventos con él en el micrófono.

Y aunque la estampida de ayer en Acrópolis no fue precisamente por el aburrido discurso, sino por una clara operación con huellas amigas, la realidad es que Anaya si quiere permear en Puebla, deberá darle mayor variedad y contenido a sus intervenciones.

Lo que no sé, es si al dejar las frases estudiadas y al entrar al mundo de la improvisación, tenga la capacidad y el talento para hacerlo.

Ya lo veremos y diremos.