La semana pasada llegó a la Fiscalía General del Estado, Armando López Aguirre, el Consejero Jurídico del gobierno del estado. Trabajó para Citi Gropup Banamex, la Procuraduría General de la República y la de la Ciudad de México, dice su perfil en Linkedin.
La mayor exposición en medios de Puebla fue cuando a mediados del año pasado afirmó que el ahora candidato del Partido Acción Nacional a la presidencia de la capital, Eduardo Rivera Pérez, no aparecería en la boleta debido al proceso de inhabilitación que enfrentaba por la acusación de malas cuentas en el último tramo de la gestión municipal.
Sin embargo, este perfil está por cobrar mayor notoriedad. Tiene un pie dentro de la Fiscalía General del Estado desde la semana pasada, cuando el personal de la dependencia que aún encabeza Víctor Carrancá Bourget y un clan cuyos integrantes se han conducido sin escrúpulos ni principios, buscaba acomodo para este enviado del gobernador Antonio Gali.
La llegada de este enviado del mandatario poblano ocurre en medio de una profunda crisis de descrédito de la institución, propiciada por el Fiscal General.
Desde tiempos en que como titular de la Procuraduría General del Estado actuó de manera facciosa para proteger los intereses del ex mandatario frente al infanticidio en la persona de José Luis Alberto Tehuatlie Tamayo, el mártir de Chalchihuapan.
Con el paso del tiempo la imagen de Carrancá Bourget se vio desgastada por una conducta errática y hasta desinteresada.
Integrantes del Grupo de Coordinación Puebla Segura han narrado la postura de desgano y desinterés con que se conduce este funcionario, convertido en el #FiscalCarnal del estado, pues ahí lo colocó Moreno Valle para cuidar sus espaldas.
Sin una postura propositiva, ausente del hilo de las conversaciones y análisis del equipo de trabajo para hacer frente a grupos delictivos que por poco consiguen sembrar la incertidumbre en la escena poblana, este servidor público hace mutis, calla y se disminuye asimismo.
Minimizado, sin margen de maniobra y sin capacidad de interlocución Carrancá Bourget parece tener las horas contadas en la Fiscalía General del Estado. Ayer en la tarde una fuente de la dependencia adelantó al reportero la inminente renuncia del Fiscal Anticorrupción, Enrique José Flota Ocampo.
Este personaje llegó a la Fiscalía Anticorrupción en abril del año pasado como un elemento en quien el Fiscal General depositó toda su confianza. Un año después decidió tirar la toalla ante lo que parece el principio del fin del grupo liderado por quien en 2004 litigó en favor del señor de las ligas René Bejarano, como ya se describió en otra entrega Parabólica (http://www.parabolica.mx/2018/columnas/parabolica/item/3545-las-victimas-de-carranca-ii-y-ultimo).
La pregunta obligada desde que la semana pasada se le buscaba una oficina disponible a López Aguirre es si se trata de la avanzada del sustituto del hombre que resultó en un incómodo alfil de Moreno Valle para trascender el periodo sexenal. Sólo el paso del tiempo, que no es mucho, tal vez horas, sean suficientes para tener esa respuesta.