Eduardo Rivera Pérez, se ha convertido en el candidato solitario. Con sus propios mítines o eventos masivos sin figuras políticas, también ha emprendido una campaña de tierra, para buscar el voto por segunda ocasión para la presidencia municipal de Puebla.

Pero no es casual esta estrategia en solitario.

El abanderado panista y ex presidente municipal, no quiere deberle nada a nadie, por lo que se mantendrá alejado del morenovallismo, al menos hasta donde más pueda.

Por eso van a ser pocos los eventos en que se vean reunidos con Eduardo Rivera, a los candidatos al senado Mario Riestra, sobre todo, y al gobierno de Puebla, Martha Erika Alonso. Ya se verá si la estrategia es buena.

Lo que no se vio de los arranques

Desde el primer minuto del pasado domingo, con el arranque de campaña, también iniciaron los nervios y estrés para cientos de personas parte de los equipos de cada candidato.

Y muchos de ellos se comieron las uñas y estallaron por diversos errores o desaguisados.

Aquí algunas anécdotas:

La bocina

Quien demostró sus tablas en la apertura de campaña, fue nada menos que Enrique Doger Guerrero, candidato del PRI a la gubernatura de Puebla.

Y es que a la medianoche en que cambiamos de sábado a domingo, todo le pasó, a un costado del edificio Carolino, donde alguna vez fungió como rector de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP).

Apenas, iba a empezar su discurso, cuando se desató una ligera llovizna.

Pero ahí no iba a quedar la cosa, sino que cuando empezó a hablar, la bocina se apagó al fallar la planta que la alimentaba de energía.

Esto puso de nervios a su equipo, entre ellos su coordinador general, Germán Sierra Sánchez, quien manoteó a más de dos y paseaba las manos por su calva en señal de estrés.

Pero Enrique Doger, lo tomó con calma y prosiguió hablando, sin el micrófono, eso sí, entonando más fuerte su voz.

Ya casi al final, que se arregla el problema y el candidato en tono de broma, dijo, “al menos acabaré fuerte”, con un tono irónico, lo que soltó las risas de la concurrencia.

¿Vaticinio de campaña?

Al menos por el momento, el alma regresó al cuerpo a todos los de su equipo.

La ignorada

La candidata a la diputación federal por el distrito 10, Nayeli Salvatori Bojalil, llegó muy gustosa a Tlaxcalancingo, para el arranque de campaña de Karina Pérez Popoca, quien va por la presidencia municipal de San Andrés Cholula.

Pero el gusto se le pasó con el transcurso de los minutos. Y es que fue ignorada completamente por los pobladores de dicha comunidad, durante dos horas antes al evento.

Ni con sus lentes Michael Koors, llamó la atención de los pobladores de esta junta auxiliar, quienes simplemente demostraron que no la conocen.

Ni siquiera su marido Mario Montero Rossano, —quien forma parte de su equipo—, llamó la atención cuando acomodaba las sillas, pasando como uno más de la bola.

Cuando llegaron las porras y los vivas hacia Karina Popoca, un pequeño grupo de jóvenes que acompañaban a la candidata, se empeñaron en que también se las lanzarán a Nayeli.

Pero no hicieron ecos sus gritos, literalmente eran ignorados por la multitud.

Esta situación enojo a la pareja, quienes se veían constantemente a los ojos, una incriminando al otro.

Hasta llamaron la atención a los jóvenes “por no gritar lo suficiente”, para contagiar la porra.

Finalmente, hasta que llegó la candidata Karina Pérez, entre las ovaciones, fue tomada en cuenta la ex conductora de radio, al darle el micrófono.

Pero su discurso fue tan general y ambiguo, sin ninguna propuesta, que la gente apenas aplaudió.

Difícil la tiene la ex comunicadora.

Por cierto, fueron más de 2 mil 500 personas los que acudieron a apoyar a Karina Popoca, lo que ha puesto de nervios a los panistas sanandreseños.

Pero eso, es otra historia.

El impuntual

Quien sí de plano se pasó de impuntual, fue el candidato del PAN por San Andrés Cholula, Edmundo Tlatehui.

Todo porque citó a su gente —en su mayoría funcionarios y trabajadores del ayuntamiento—, el domingo a las 10 de la mañana en el zócalo de la ciudad sanandreseña.

Sin embargo, el candidato llegó con toda calma hasta las doce del día.

En esas dos horas de impuntualidad, mucha gente se fue, por lo que se quedó como con 300 personas.

Y todo porque prefirió acudir a Tecamachalco, para quedar bien con la candidata a gobernadora Martha Erika Alonso y el abanderado presidencial, Ricardo Anaya.

Esto molesto, al grado de que los comentarios entre los cholultecas fue de que prefirió a sus altos mandos, que a la gente que podría votar por él.

Pero quienes ni se inmutaron de la tardanza, fueron José Mario Méndez, comisario de seguridad pública; Ángel Minutti, de Fomento Económico; Daniel Antelis, secretario general; Irene Huitle, regidora de Hacienda y el contralor Héctor Huerta.

Todos gustosos esperaron pacientes en primera fila.

¿Por qué será?