La ausencia de los candidatos de Morena a diputados locales y federales es tan evidente, que incluso siembran la duda de si se trata de una estrategia bien pensada, armada y sincronizada, y que no estén haciendo campañas, ni en tierra ni en aire, no se debe a flojera, falta de carisma, dinero o a que se montan únicamente en la popularidad de su abanderado presidencial, Andrés Manuel López Obrador, y de ahí que no les dé la gana gastar suelas.

De los postulados por el Movimiento Regeneración Nacional (Morena), 15 a una curul federal en San Lázaro y 26 a un sitio en el Congreso local, es muy raro, casi como encontrar una aguja en un pajar, toparse con alguna de sus propaganda.

Tampoco es común, salvo alguna excepción, verlos, leerlos y escucharlos en medios de comunicación, así como en redes sociales.

Se podría pensar que muchos de ellos y ellas no tienen experiencia en temas mediáticos o políticos, pero no es así, porque entre los candidatos a legisladores y legisladoras de la alianza Juntos Haremos Historia (Morena-PT-PES) hay verdaderos tiburones de la grilla, ex priistas, ex perredistas y ex panistas o de otras filiaciones y con muchos años de mover el abanico en estas lides.

Ante este panorama de los lopezobradoristas, en el imaginario del círculo rojo surgen dos hipótesis.

La primera, que el mismo López Obrador les ha pedido en Puebla y otras entidades a estos candidatos que no hagan campañas, como una forma de control de posibles daños, pues no vaya a ser que alguno de ellos, que vienen de estratos, partidos e ideologías tan diversas y hasta antagónicas, vaya a cometer algún error que luego pueda impactar al tabasqueño.

Por eso, por ejemplo, en Puebla poco se ve haciendo campaña por aire y tierra a candidatos como Saúl Huerta Corona, del Distrito 11 Federal, con un amplísimo pasado priista, del más añejo, que no puede ocultar; o a Héctor Alonso Granados, ex priista y ex del Partido Nueva Alianza (Panal), afín a Elba Esther Gordillo, y un contumaz homofóbico, y por el estilo a muchos más, con o sin pecados, incómodos o no.

Salvo casos como el del presidente municipal con licencia de San Pedro Cholula, José Juan Espinosa Torres, que va por un distrito local, y esporádicamente Fernando Manzanilla Prieto, que busca el Distrito 12 Federal, nadie sale a dar declaraciones a la prensa y mucho menos enfrentar a reporteros de verdad, en entrevistas periodísticas.

Supondremos, sin conceder y también como hipótesis, que los candidatos de Morena tienen muy bien calculado el arrastre de Andrés Manuel y deben saber que con eso les alcanza para legar a una curul, local o federal.

Porque de haber hecho malos cálculos, seguramente el 2 de julio vendrán los arrepentimientos.