En esta misma semana, el Tribunal Federal Electoral resolverá un recurso de impugnación del PRI en contra de las llamadas candidaturas comunes.
De resolverlo favorablemente al tricolor, se generará un caos al interior del grupo morenovallista, toda vez que dejará a una serie de candidatos, en la necesidad de elegir a un solo partido para el día de la elección.
Pongamos un ejemplo. Si el Trife falla en contra de las llamadas candidaturas comunes, en el caso de Gerardo Islas, quien busca la diputación local por el distrito 22, lo hace a través de una mega coalición de seis partidos, en los que además de Nueva Alianza del que fue su dirigente estatal, están el PAN, PRD, PSI, Movimiento Ciudadano y Compromiso por Puebla. Esto sin contar al Partido Verde, cuya candidata Alicia Salazar ayer renunció y anunció su respaldo a Islas.
En este caso en concreto, una eventual resolución en su contra, provocaría que Gerardo Islas tenga que decidir por cuál de los seis partidos compite, ya que quedaría sin efectos el acuerdo masivo entre los partidos. En esa lógica Gerardo Islas y cuando menos otros cuatro candidatos se quedarían en la orfandad partidista.
Es importante no confundir las alianzas de partidos con las candidaturas comunes. Las cuales sólo operan en los casos de Gerardo Islas en Izúcar, Edgar Salomón en Texmelucan, Lilia Arminda de Tecamachalco, Ismael Sánchez en Acatlán y Jesús Zaldívar por el distrito 8 de la capital.
Irónicamente, en todos estos casos, el desmantelamiento de partidos que implicaría la resolución judicial, beneficiaría directamente a Morena, ya que en ninguno el PRI tiene oportunidad de triunfo.
Un fallo del Tribunal Federal de la semana pasada en Tabasco que anuló las candidaturas comunes, hace más que factible que en el caso de Puebla se resuelva en el mismo sentido.
De esta forma, la pomposamente llamada ingeniería electoral morenovallista empieza a hacer corto circuito, por el control excesivo de los partidos en Puebla, pero en donde Rafael desdeñó a los tribunales federales, que por fortuna están fuera de su esfera de control.
Habrá que esperar para conocer la decisión del Trife, y aunque en términos no afectará las tendencias por la gubernatura, lo cerrado de la elección hace relevante todos los cargos en juego y estas cinco diputaciones valen oro para el control político del Congreso del Estado.
Esas cinco curules y las 36 restantes valen oro, porque si se quedan con Casa Puebla las necesitan para gobernar, y si la pierden para su tranquilidad.