El proceso electoral que se vive en el estado es el más violento de la historia de Puebla. A la fecha, suman 13 los candidatos, candidatas y precandidatos que han sido asesinados en Puebla.
Antes de este sangriento 2018, sólo en la elección federal de 1940, cuando aún estaba la sombra revolucionaria y gobernaba en Puebla, Maximino Ávila, se vivió una época tan oscura. Como se recordará, en esos años, Ávila Camacho ordenó encarcelar o matar a los simpatizantes de Juan Andreu Almazán, un general retirado.
Aquella ocasión, hace 78 años, los poblanos fueron a votar el 7 de julio con miedo. Por cierto, le cuento que en esa época sólo los hombres acudieron a las urnas y lo hicieron formados en dos filas. Una de las casillas se encontraba en el Parque Juventud Revolucionaria atrás de lo que hoy es el hospital de la Cruz Roja.
Maximino fue ubicando personalmente en la casilla a cada uno de los “almazanistas” para posteriormente ordenar la ejecución de la mayoría de ellos.
Pero a diferencia de hace casi 8 décadas, hoy no estamos en la etapa posrevolucionaria, tampoco nos gobiernan militares. La violencia y el luto que enmarcan estas elecciones son resultado de un problema que se dejó crecer: la inseguridad.
Una de las obligaciones más delicadas de cualquier gobierno, dotar de paz y seguridad a sus pueblos, se dejó, durante el morenovallismo, en manos de gente que no era oriunda de Puebla, jefes de la policía coludidos con el crimen organizado, un –entonces– procurador de justicia encargado de proteger al gobernador y regateando la tranquilidad de los poblanos
¿Cómo olvidar el despido de 500 policías de la noche a la mañana por parte del gobierno morenovallista o el abandono a las comunidades, permitiendo que la delincuencia organizada tomara el mando en las regiones?
La violencia electoral que hoy vivimos y que ya cobró 13 vidas, es en parte responsabilidad de los malos funcionarios, no de la lucha de los partidos políticos, aunque lamentablemente estos últimos son los que ponen los muertos.
Por cierto hemos vivido procesos electorales complicados como la elección de 1983 con el fraude a Villa Escalera, la del 88 con la caída del sistema, el 2006 y en 2010, cuando llegó Moreno Valle, pero en ninguna fecha se había vivido la violencia como sucede ahora.
Fríos números
Anoche, durante el programa Destrozando la Noticia, Geraldine González, candidata al Senado por el Partido Verde, reveló cifras que causan escalofríos.
“Existen cerca de 3 agresiones diarias a políticos en México, en este proceso electoral… 110 políticos han sido asesinados, 15 mujeres, sumándose en los últimos días… el de la candidata Juany Maldonado y la candidata de Oaxaca, sin contar a su fotógrafa”.
Las amenazas y los actos de intimidación lo mismo afectaron a los precandidatos que a los actuales candidatos, subrayó la verde ecologista.
La diputada local con licencia también reveló que antes de iniciar las campañas solicitaron a las autoridades electorales un mapa donde se enmarcaran las zonas y los tipos de riesgos a fin de garantizar la seguridad de los y las candidatas. El exhorto, recordó, fue desechado por los actuales legisladores.
Como lo dije en el programa, aunque los hubiera no existen, habría sido muy útil saber que en una zona como Huauchinango no es seguro transitar pasadas las 22 horas, probablemente no estaríamos hablando de la tragedia que le costó la vida a una candidata y a una regidora.