El Fiscal General del Estado, Víctor Antonio Carrancá, rompió su tradicional calma, desde la antesala de su oficina se escuchaban las mentadas y los reclamos, quienes estuvieron cerca de su oficina escucharon al funcionario despotricar contra uno de sus subalternos.

No lo bajo de inútil y de otros adjetivos que incomodaban a los que hacían antesala.

De pronto, de las oficinas del Fiscal salió el director de la Policía Ministerial del Estado, Juan Luis Gala Ruiz, quien casi lloraba del coraje y de la vergüenza de la regañada.

Quien comentó lo anterior, además de pedir la gracia del anonimato, por su cercanía con ambos personajes, dice que todo se trató por la ejecución de la candidata a diputada local en el Distrito de Huauchinango el Partido Verde Ecologista, Juana Maldonado Infante y por Erika Cazares, regidora de salud, por el municipio de Juan C. Galindo.

La molestia o la furia del Fiscal fueron por cómo se atendió el caso de la doble ejecución.

Cuando el Fiscal estaba de vacaciones, o mejor dicho, tomando del presupuesto de la Fiscalía General del Estado (FGE), en una reunión de peritos en Argentina, Chile, vaya usted a saber.

Y es que su subalterno no pudo explicar donde estaba su patrón cuando el gobernador lo requería en una reunión de gabinete y una candidata simulaba pedir su renuncia, para darle color a su campaña.

¿Chivos expiatorios?

Quiso la suerte del Fiscal que ese mismo día del doble crimen, la Policía Federal se enfrentará con miembros del crimen  organizado y detuviera a cinco a quienes de inmediato les colocaron el Cartel de responsables del crimen.

A estos personajes, en el seguimiento de las investigaciones, les encontraron evidencias de dedicarse al asalto de transportes, incluso ya fueron detenidos otros 4, a quienes también se les siguen indagatorias por ser del crimen organizado.

Pero de manera oficial no han sido acusados de los dos asesinatos y sólo hablan de presunción.

Es más, hasta el momento, si se dice que ya fueron detenidos los homicidas, aún se desconoce el móvil.

Y todos pretenden obligar la doble ejecución.

Nos vemos cuando nos veamos