En las últimas semanas el agonizante proceso electoral de 2018 dio un viraje en favor de los punteros. Por doquier surgieron declinaciones de candidatos que prácticamente estaban realizando el ridículo para sumarse al mejor posicionado.

Ayer, en pleno debate por el Senado, Juan Carlos Natale anunció su declinación y a apoyo a los candidatos de Morena. Mi voto, dijo, “lo hare útil, para Alejandro Armenta Mier y Nancy de la Sierra, le daré mi voto a Andrés Manuel López Obrador”.

El excandidato a la senaduría por el Partido Verde Ecologista Mexicano justificó su acción:

“Las encuestas me ponen en cuarto lugar, no podré ser senador, agradezco el apoyo, sigan confiando en mí, renuncio al Partido Verde; hay que dar mis propuestas a una fórmula que sí va a ganar, porque tiene todo el apoyo de Puebla”.

Tras la declinación de Natale, me empezaron a cuestionar: ¿Qué fue lo que negoció Natale para declinar por Morena?

Mi respuesta fue: lo mismo que negociaron los candidatos que declinaron a favor de los candidatos panistas.

Con la diferencia que tan sensacionalista por el hecho de ser a favor del PAN, no así el Natale por Morena. Está más que claro el impacto mediático a favor del partido de López Obrador y todo se magnifica.

La realidad es que la declinación de Natale a favor de la fórmula al Senado de Morena no va a cambiar ninguna tendencia.

Todo seguirá igual. Los candidatos de Morena van a ganar con o sin el respaldo de los votos verdes.

Mediáticamente la declinación de Natale tiene otras lecturas. Y una de ellas, es que la estrategia de Moreno Valle por imponer a su esposa en el gobierno del estado se desmorona y pierde fuerza.

Tan es así que uno de sus aliados como Natale simplemente se sacudió el miedo y se rebeló contra el ex gobernador de Puebla y decidió apoyar a Morena.

Envalentonado por el descarado apoyo del gobernador de Chiapas, Manuel Velasco Coello, al movimiento de López Obrador, Natale se decantó por Morena.

Y la pregunta sigue: ¿Qué negoció?

Veremos y diremos.