Justo en el último día de campaña, 7 de los 12 gobernadores del PAN anunciaron la conformación de la Asamblea de Gobernadores de Acción Nacional (GOAN) y anticiparon su plena disposición a dialogar y colaborar con el gobierno que resulte electo el primero de julio próximo “por el bien del país”.

A través de un desplegado, los siete gobernadores en el que aparece la firma Tony Gali Fayad, además de los mandatarios de Aguascalientes, Martín Orozco Sandoval; Baja California Sur, Carlos Mendoza Davis; Durango, José Rosas Aispuro; Querétaro, Francisco Domínguez Servién; Quintana Roo, Carlos Joaquín González; y Tamaulipas, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, aseguraron que independientemente de los resultados del primero de julio próximo todos, sin excepción, “tenemos la obligación de construir acuerdos en favor de los mexicanos”.

El mensaje tiene un claro destinatario que evidentemente no es Ricardo Anaya. Es evidente que estos 7 gobernadores desahuciaron con este desplegado al candidato presidencial panista, al que no mencionan el en cuerpo del documento, abriéndole las puertas a López Obrador.

Sin embargo, más allá de haberle suministrado los “santos óleos”, este desplegado representa una declaración de guerra de este grupo mayoritario de mandatarios panistas, de cara al proceso de renovación de la dirigencia del PAN.

Es inevitable una guerra intestina en Acción Nacional, en la que este grupo de gobernadores ya mostró unidad y fuerza, para preparar el abordaje al CEN blanquiazul.

Tras la inminente derrota de Anaya del próximo domingo, vendrán los tiempos de revancha para quienes pisoteó el otrora joven maravilla.

Este nuevo grupo de los 7, buscará arrebatarle el partido al grupo anayista, el cual buscará en los otros 5 gobernadores mantener su coto político.

Es evidente que a este grupo se le sumarán otras figuras panistas, entre las que aparecerá Rafael Moreno Valle con el afán de adueñarse de las riendas de Acción Nacional.

Sin embargo, para alcanzar una posición preponderante, Rafael necesita de un elemento clave: que su esposa gane la gubernatura de Puebla. De lograrlo, peleará con todo por la dirigencia nacional. Y si pierde, será un cadáver político tan frío como Ricardo Anaya.

Al igual que Anaya, Yunes y otros panistas, su futuro depende de lo que suceda este domingo en las urnas.

¿Sobrevivirá Moreno Valle al tsunami de López Obrador?

Veremos y diremos.