Ciudad de México. En el salón Rufino Tamayo del Hotel Marriot, sobre avenida Reforma en la Ciudad de México se festeja el triunfo de Andrés Manuel López Obrador, el terco aspirante que se presentó por tercera vez a la contienda.

Ya con el reconocimiento de la derrota de sus adversarios y la felicitación de personajes como Donald Trump, Vicente Fox y Felipe Calderón, el ambiente se torna festivo.

En este lugar, hay viandas para el advenimiento del cambio de mapa político tras el resultado parcial. Mole poblano y arroz; pescado a la veracruzana y espagueti. El postre abunda.

Una enorme pantalla fue colocada en un extremo del salón en donde unas 50 personas asisten al primer mensaje de López Obrador como virtual presidente de México.

Con aplausos reciben uno a uno los nombres el anuncio del equipo de transición del tabasqueño desde el Zócalo de la Ciudad de México entre quienes destacan Urzúa, Romo, Ebrard y Yáñez.

Del Hilton al Zócalo; del Marriot al Ángel de la Independencia, los festejos se extendieron en diversos niveles y segmentos sociales.

En una de las mesas, hasta donde llegó César Yáñez el hombre “que me ha ayudado tanto”, dijo López Obrador desde el templete en el Zócalo, el tema es Puebla, la incertidumbre de la elección para gobernador ante la lentitud del Programa de Resultados Electorales de la autoridad local.

Luis Miguel Barbosa está en la tabla, concedieron todos en el ágape. Ausencia de eficacia de la estructura de Morena para cuidar casillas y otras variables que tiene con un pie en la judicialización el resultado de la jornada local.

Y mientras, afuera en la avenida Reforma se escucha aún después de la medianoche, el “sí se pudo” y “es un honor esta con Obrador”.

El ambiente es distinto al escenario que todos en la capital del país cuando el temible Peje tomaba esta gran avenida, la más bella del país con su “voto por voto, casilla por casilla”.

Tanto cambió el mapa que esta noche, desde el Hilton frente a la Alameda, el discurso del próximo mandatario apaciguó el mercado cambiario con un dólar por debajo de los 20 pesos, lo que aquí en este salón también fue ponderado.

El brindis celebratorio tenía razón de ser. Tres campañas después los fieles seguidores de López Obrador tienen un pie en Palacio Nacional.