La gobernadora electa Martha Erika Alonso Hidalgo estuvo arropada ayer por las dirigencias de los partidos que constituyeron la coalición Por México al Frente y que desde días antes de la elección le hicieron el vacío a Ricardo Anaya Cortés, el derrotado abanderado presidencial.

Ausente de la escena pública desde que Canayín se arrojó al vacío con aquello de llevar a la cárcel a Enrique Peña Nieto, el dueño real del Movimiento Ciudadano, Dante Alfonso Delgado Rannauro volvió a ver la luz en un escenario del Acrópolis, que desde antes le resultaba cómodo: al lado de los Alonso Hidalgo-Moreno Valle.

Con un asiento de primera fila también se vio a Jesús Zambrano Grijalva, el acomodaticio líder de Los Chuchos, la corriente a quien se atribuye el desdibujo histórico de la izquierda y que colocó al PRD en la ruta de la extinción con menos de tres por ciento de la votación general.

Las ausencias inquietantes fueron las de la dirigencia nacional del PAN. Mientras Damián Zepeda se desvivía por el mandatario electo de Guanajuato, Diego Sinhue y al saliente, Miguel Márquez, a quien dedicó un elogioso tuit, el silencio por Puebla fue la confirmación de la división en ese partido.

La noche de los cuchillos largos es una metáfora que prefigura la purga futura en el partido que cosechó el mayor encono desde que Anaya Cortés se impuso como candidato presidencial.

La gobernadora electa tuvo aliento para hablarle a quienes no votaron por ella. “Trabajaré incansablemente para ganarme su confianza”, pero ni una línea al gobernador Tony Gali Fayad.

Mientras era rodeada de quienes encabezan grupos creados al amparo de la gestión del marido, el ex gobernador Moreno Valle, responsable del rechazo a la candidatura, la numeraria sugiere una necesaria y profunda operación cicatriz.

El saldo no es positivo con 46 detenidos y 11 lesionados en hotel MM, el martes 4 cuando se dio el peor escenario de confrontación con seguidores de Juntos Haremos Historia 70 urnas robadas o quemadas y cinco muertos en el contexto comicial del domingo 1.

Y al menos 12 mil personas en las calles protestando tras los desmanes de los últimos días para demandar la limpieza de la elección y la percepción de que el último capítulo de esta historia no ha sido escrito aún.

Por este domingo Martha Erika Alonso habrá vivido el mejor de sus días, cuando terminó con el ágape servido para sus invitados en el hotel Marriot del bulevar Hermanos Serdán.