No todo el escenario que tiene frente a sí el grupo político del ex gobernador Rafael Moreno Valle es incierto. Ante la desazón que produce tener una elección de gobernador abierta y legalmente impugnada, existe una pequeña llama encendida.

La creciente percepción de que son los estertores de una clase gobernante en retirada desde su llegada al poder en 2010, el lobbista por excelencia que consiguió abrir puertas, propiciar diálogos y tejer acuerdos con los más influyentes actores de la vida nacional, se sube al proyecto del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador.

Se trata de Luis Maldonado Venegas, el súper secretario de Educación y luego de Gobierno con el que llegó a contar la administración panista que encabezó el ex mandatario, entre 2011 y 2017.

El hombre que nació en Veracruz el 11 de noviembre de 1956 asumirá el cargo de subsecretario de Educación, en el contexto de la reforma propuesta por el futuro titular del área, Esteban Moctezuma Barragán.

Y es que la ola de trascendidos por la incorporación de este personaje al gabinete del próximo mandatario de la nación va en aumento. Sin embargo, ante la sorpresa hay que apuntar un conjunto de capítulos que permiten observar desde una perspectiva diferente una historia que tiene más de dos décadas.

Lejos de un acto de oportunismo, Maldonado Venegas no hace sino ratificar su permanencia en un proyecto que inició hace casi 25 años, desde que Esteban Moctezuma Barragán era el coordinador general de la campaña del ex presidente Ernesto Zedillo Ponce de León.

El legislador del Partido de la Revolución Democrática que militó en el Partido Revolucionario Institucional y luego con Convergencia, al lado del guerrerense Luis Walton, tuvo siempre una relación estrecha con quien ha sido propuesto para ser el futuro Secretario de Educación Pública.

En Gobernación, Desarrollo Social o en la Fundación Azteca de Grupo Salinas, Maldonado Venegas y Moctezuma Barragán caminaron juntos. El veracruzano fue director General de Gobierno, subsecretario, asesor de Presidencia y en 1997 director adjunto del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN).

Moctezuma Barragán se retiró de la vida pública a la mitad de la administración de Zedillo bajo el argumento de un padecimiento de salud; sin embargo, regresó en 1998 para ocupar la Secretaría de Desarrollo Social, instancia la que llevó a Luis Maldonado como subsecretario.

En 2002 asumió la presidencia de Fundación Azteca, cuando ya el PRI había perdido la presidencia de la República frente al Partido Acción Nacional y su candidato Vicente Fox Quezada. A esa instancia también llevó al lobbista de Moreno Valle, como vicepresidente.

En Puebla hay un grupo que sigue fiel a las señales del futuro subsecretario de Educación Pública. El presidente del PRD, Jorge Cruz; el consejero electoral, Juan Pablo Mirón; y hasta el titular del CAPCEE, Gustavo Guzmán Fernández se encuentran en esa circunstancia.

El puente que supo construir Maldonado entre Moreno Valle y Grupo Salinas se explica por el largo camino andado con Moctezuma Barragán. Intentar advertir una suerte de traición del veracruzano al grupo al que sirvió en Puebla resulta ocioso.

Sólo hay que revisar la historia y trayectoria de ambos personajes y deducir que la veladora para el morenovallismo no se ha extinguido por completo.