Aunque las marchas, las ruedas de prensa y las descalificaciones contra el proceso electoral en Puebla seguirán siendo parte de la agenda política diaria, la transición debe iniciar.

Independientemente de la impugnación en  curso, legalmente no se detiene el proceso de entrega-recepción, por lo que los gobernadores, Tony Gali, en funciones, y Martha Erika Alonso, electa, deberán iniciar con ese largo y engorroso proceso.

Sin duda, esta será una transición compleja, en donde la incertidumbre sobre la resolución final del Tribunal Federal generará un clima de tensión que dejará compartir espacio con la guerra de las desacreditaciones.

Lo que en los altos círculos de Morena ya se da como un hecho, es que Andrés Manuel López Obrador va a dejar correr el procedimiento jurídico sin cargar los dados, por dos razones principales: mantener la imagen de presidente demócrata y no mandar señales de ambición política desmedida, traducida “al toma todo” de la pirinola.

Ya la ministra Olga Sánchez Cordero sabe de esa decisión, por lo que no habrá llamadas, ni reuniones con los magistrados del Tribunal Federal, dejándolos en libertad de juzgar con base en las pruebas que presentarán los abogados de Luis Miguel Barbosa.

Los candidatos electos de Morena en Puebla ya han recibido la instrucción de limitar su asistencia a las marchas, para ponerse a trabajar en sus respectivas agendas, ya sean legislativas o de gobierno, según sea su cargo.

Sin embargo, no será extraño ver a Gabriel Biestro y a José Juan Espinosa mantener su postura, en franca rebeldía al mando lopezobradorista.

La línea nacional es dejar todo en manos de los tribunales y ponerse a trabajar, porque la campaña ya terminó y alguien tiene que trabajar.

Lamentablemente, hay muchos en Morena que —desde la izquierda— durante toda su vida, lo único que aprendieron es a marchar.

Los primeros ejemplos de cordura se dieron en Claudia Rivera y Alejandro Armenta, quienes esta última semana dedicaron su tiempo en planeación y proyección de sus respectivas responsabilidades.

Y lo anterior no implica abandonar a su suerte a Luis Miguel Barbosa, quien ya recaudó y presentó su denuncia con las pruebas respectivas, pero la decisión final ya no pasa por las calles de Puebla.

Todo está en manos del TRIFE.

Y de esa decisión, veremos y diremos.