Un gobierno autónomo, al menos así se vislumbra la próxima administración municipal luego que Claudia Rivera dejó en claro su postura frente al insensato llamado que lanzó el aún presidente estatal de Morena, Gabriel Biestro.

Como lo platicábamos anoche en Destrozando la Noticia, Rivera Vivanco ya es autoridad, obtuvo y por mucho una mayoría en las urnas y es, por decisión de los capitalinos, la futura presidenta municipal de Puebla, así que las reuniones con Luis Banck o con Tony Gali son más que obligadas.

Como capitalinos exigimos respuestas urgentes en materia de seguridad, en servicios públicos, en programas sociales, no podemos esperar tres meses para que Claudia Rivera y su equipo comiencen a detallar la forma en cómo administrará la cuarta ciudad más importante del país.

Comenzar con las acciones de entrega-recepción no es validar ningún triunfo, por el contrario habla de la responsabilidad de una mujer que entendió que en Puebla, los grandes problemas no pueden esperar a la toma de protesta o a la resolución de los tribunales y que hay que ponerse a trabajar desde ya; para ello, la próxima presidenta necesita conocer a detalle el estado que guarda la ciudad.

Mal haría Claudia Rivera en reunirse con Martha Erika, como lo han hecho Enrique Doger y Michel Chaín, ahí sí podríamos entender un mensaje de respaldo, un aval al llamado fraude, pero mientras eso no suceda, el llamado de Biestro resulta, por decir lo menos, insensato.

¿Acaso Gabriel está avalando el fraude electoral por adelantar acciones rumbo al Congreso o Andrés Manuel López Obrador está legitimando a Martha Erika por comenzar a delinear sus 50 puntos contra la corrupción? Claro que no, López Obrador entendió que ya ganó, que la contienda quedó atrás, que las campañas concluyeron, que lo de hoy es ser gobierno, comenzar a administrar.

Pero Biestro insiste en nadar contra corriente, en buscar que Rivera Vivanco se convierta en uno más de los porros de Morena, en que la próxima alcaldesa se sume a ese grupito que la hace de tos por todo y hasta que sude calenturas ajenas, lo malo es que Gabriel no se da cuenta que con su petición pública, a través de Twitter, lejos de fortalecer al partido que le regaló una diputación plurinominal, lo fragmenta. 

Me queda claro que Biestro no se ha cambiado el chip, que no está preparado para el poder que le entregaron en las urnas los mexicanos a Morena, porque de lo contrario estaría trabajando en presentar la agenda legislativa que impulsará como diputado en lugar de estar dinamitando a su instituto político.

Habrá que recordarle a Biestro el claro mensaje de López Obrador donde pidió que el caso de Barbosa se dirima en los organismos electorales, que sean los tribunales quienes resuelvan si hubo o no elementos necesarios para considerar que se cometió un fraude un Puebla, que sean los magistrados quienes validen o no, la elección y que determinen ellos, si es necesario refrendar el título a Martha Erika o bien repetir la elección.

¿Podrá el joven político madurar y entender que no es lo mismo ser oposición que gobierno?

Veremos y diremos.