En una cátedra del politólogo Manuel Díaz Cid sobre su opinión acerca de la izquierda, quien era considerado el ideólogo de la derecha poblana respondió: “Durante gran parte de mi vida sólo vi con el ojo derecho, pero un día abrí el izquierdo y me di cuenta de las cosas malas de la izquierda, pero pude ver que había cosas buenas; y entonces también pude ver las cosas malas de la derecha. Por eso es que no podemos ver con un solo ojo, la ley del tuerto es muy mala para la política”.

Este comentario podría resultar una buena lección para radicales como Gabriel Biestro que siente que todo hay que verlo del lado izquierdo, dejando a un lado la congruencia e incluso las leyes.

Este personaje no se da cuenta que López Obrador ganó por incluir a todos los sectores, abriéndose al diálogo, sin aplicar la “ley del tuerto” que utilizó erróneamente en sus dos primeras elecciones presidenciales con los resultados de todos conocidos.

El embravecido lidercillo de Morena, “ordena” a los candidatos ganadores que se cierren al diálogo con el gobernador, sin darse cuenta que el Ejecutivo representa una institución con la que alcaldes y diputados locales tendrán que convivir durante los últimos tres meses de su mandato.

Olvida Biestro que el propio Andrés Manuel López Obrador ya se reunió con Antonio Gali, dándole su lugar como gobernador, en un cordial encuentro en el que le anunció que no se involucraría en el proceso jurídico por la impugnación de Morena.

Por cierto, uno de sus homólogos, Zeferino Martínez Rodríguez, comisionado nacional del Partido del Trabajo, ayer mostró mesura, y recordó que Claudia Rivera es la presidenta municipal de la capital.

En la entrevista que dio a Intolerancia Diario fue directo: “Claudia Rivera tiene una responsabilidad frente a los ciudadanos, entiendo que independientemente que haya una impugnación por la elección, y de todos los resultados, ella ganó la elección, tiene su constancia de mayoría como presidenta municipal y está obligada a enlazarse con las autoridades que en estos momentos están en funciones para que vea cómo le van a dejar el municipio, está en su derecho de caminar para establecer su gobierno”.

Lamentablemente, cuando toda tu vida has sido un porro, es muy difícil darle nivel a tu quehacer político, porque eso no se aprende de un día para otro.

El oficio, la experiencia y la sensibilidad política no la venden en los Oxxos.

Quizá sea nuestra culpa esperar que nos dé peras este alcornoque.

La flojera legislativa

Mientras para los diputados locales fue más importante dar el chapulinazo abandonando sus curules para irse a la aventura electoral —que por cierto, en su mayoría perdieron—, haciendo una supuesta tregua legislativa, Puebla se convirtió en uno de los estados del país que incumplieron con la reforma laboral.

Hay que recordar que desde el pasado 25 de febrero, venció el plazo para sustituir las Juntas Locales de Conciliación. Ahora, el Congreso estatal cuenta con tres sesiones antes de que se vayan los legisladores. En ese sentido, existe un documento que contiene la iniciativa de ley, enviado por el gobernador Gali desde el 4 de enero de este año, mismo que nunca fue discutido.

Hay muchos temas pendientes, pero lamentablemente los diputados se fueron de vacaciones desde el mes de marzo, cuando ya nada les importó.

Y ahora a aprobar leyes contra el reloj y sobre las rodillas.

Es la historia eterna de nuestros diputados, en donde la modorra, la incapacidad y los intereses personales son el pan de cada día.

Por eso estamos como estamos.