Pareciera que poco a poco se va allanando el camino, para que finalmente Martha Erika Alonso asuma el cago de gobernadora en Puebla.

Al menos esa es la percepción en los corrillos políticos, luego de algunas situaciones que han sido interpretadas como mensajes de las cúpulas.

El primero de ellos fue el fallo de la Sala Regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) de que la violencia en el distrito 11, no fue motivo para alterar los resultados.

Y eso que fueron 32 casillas afectadas.

Otro mensaje es el que envío el Instituto Nacional Electoral (INE), de que no encontró a ninguno de los candidatos a gobernadores rebasó los topes de campaña.

Incluso, el que pueda tomar protesta la próxima o próximo gobernador ante el presidente del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) es otro mensaje que ven los optimistas que la apoyan.

Los diputados locales, aprovecharon de último minuto, que se deben armonizar las leyes poblanas con las federales, donde marca que se pueda rendir protesta ante el poder judicial, por cualquier problema.

Claro, esta ley surgió desde que hubo los problemas con Felipe Calderón, cuando no podía tomar protesta en el Congreso de la Unión, al ser acusado de espurio.

Simplemente se aprovechó esta figura para aplicarla en Puebla.

De este modo, en el ambiente político, aunque todavía no se descarta la anulación de la elección por parte del TEPJF, incluso por el Tribunal Estatal Electoral (TEE), existe confianza entre los seguidores del morenovallismo de que la victoria se acerca.

Algo así como ver una luz al final del túnel.

Este optimismo, viene de que supuestamente no hay elementos jurídicos para tirar la elección de gobernador.

Por lo tanto, ahora lo que si temen y con buena razón, es al manotazo en la mesa (que le platicamos en la pasada entrega) de Andrés Manuel López Obrador.

Y es que si “el dedito” del próximo presidente de México, decide no perder Puebla y acabar con el morenovallismo, todo estará dicho en los tribunales.

Por eso de los dos lados, las veladoras siguen prendidas.

Pero también, ha surgido otra hipótesis de quien no descarta, que aún se pueden estar cobrando facturas a la moribunda administración de Enrique Peña Nieto.

Todo para que en sus últimos suspiros incline la balanza.

Por eso mismo, en los corrillos políticos, se piensa que el peñismo aún está ayudando al morenovallismo en lo que puede, con los mensajes arriba señalados.

Todo para pagar facturas y afianzar aliados para un sexenio en el que se vaticina una fuerte guerra, tanto federal, como local.

Mientras tanto, a los poblanos no les queda más que esperar a ver quién gana en las vencidas.

Pero para eso, aún faltan algunas semanas y batallas que pelear.

Tiempo al tiempo