Una de las grandes dudas que genera la llegada al poder del grupo de Andrés Manuel López Obrador está centrada en la capacidad o incapacidad de sus correligionarios.
Trasladando esas dudas a Puebla, tenemos que aquí se combinan prácticamente todos los tipos de perfiles.
Basta con echar un vistazo a los grados académicos de quienes serán legisladores, para darnos una idea del nivel de un alto porcentaje de estos nuevos políticos.
Anote usted este dato: cerca del 50 por ciento de los nuevos legisladores tienen como máximo grado de estudios la preparatoria.
Sin embargo, no podemos tacharlos sólo por su carencia de grados académicos, porque existen personajes que de manera empírica aportan más que algunos doctores bostonianos.
El problema crece viendo revisamos un factor que puede sustituir a la nula formación profesional, que es la experiencia. Y ahí la burra vuelve a torcer el rabo, porque el porcentaje de futuros funcionarios con experiencia es inexistente y quienes la tienen es porque provienen del PRI.
Otro tema a observar es la forma en la que algunos se han mareado a grados de náusea, sin que hayan protestado el cargo. Lo que vimos en Puebla dos días después de la elección en el Hotel MM y recientemente en el Congreso del Estado nos dicen que no sólo se marearon, sino que además, en dos meses siguen sin encontrar el piso.
Y ojo, esto no quiere decir que a Morena sea al único partido que le sucede esto con su gente.
En los tiempos de hegemonía priista, era tal su control que ponían a verdaderos analfabetas en cargos directivos del gobierno. Y qué decir del PAN, en donde se despacharon con cargos públicos para sus familiares, sin importar capacidades.
Pero Morena y AMLO primero anunciaron que se viene la Cuarta Transformación y después se pusieron a buscar los perfiles que garanticen ese nuevo rumbo del país.
No quiero ser agua fiestas, pero en Puebla, me sobran dedos de la mano para contar los nombres de quienes pudieran marcar la diferencia. 
El nivel mostrado hasta ahora, 60 días después de la elección, me deja en claro que para Puebla vienen tiempos de tempestad y con cero posibilidades de que salga el sol.
Y si tomamos como ejemplo el Congreso del Estado, encontraremos que con alguna excepción, todos los partidos tendrán pura pipitilla sentada en las 41 curules.

Siete votos que marcarán a Puebla 

Un tema para la reflexión es el caso del Fideicomiso de Morena y la multa de la que fue exonerado el partido del presidente electo con la votación unánime de los 7 magistrados electorales, que con más prisa que con argumentos legales, eliminaron una resolución del INE.
Este, que fue visto por diversos analistas como un posible acto de sumisión ante el nuevo poder, es un precedente interesante para próximas determinaciones de la sala superior del Tribunal Electoral Federal.
Y son exactamente esos 7 magistrados los que en un par de meses resolverán la elección de Puebla.
Cada quién que saque sus conclusiones.