Con el arribo de Gilberto Higuera a la Fiscalía General del Estado, pensamos que se daría una limpia de fondo a la dependencia más sucia que heredó el gobierno morenovallista.

Sin embargo, hasta el momento, el nuevo fiscal se perfila para ser un cómplice de Víctor Carrancá, toda vez que el equipo de este oscuro personaje, sigue manejando la dependencia que por siete años fue señalada por ineficiente.

Hay que decir que con los antecedentes de Higuera Bernal, pensaríamos que se trata de un hombre de decisiones, incapaz de ser copartícipe de la corrupción que ha existido en esa dependencia. Lamentablemente, su complacencia con los operadores de Carrancá, indican que nada cambiará en esa dependencia.

De entrada, los principales operadores del #FiscalCarnal siguen despachando como si nada hubiera sucedido.

Basta con darse una vuelta por el edificio del Bulevar 5 de Mayo para comprobar que Fernando Rosales de Secuestros; María Eugenia Calderón de Anticorrupción; el oficial mayor Roberto García Velarde; Pamela Carreón –nuera de Carrancá– y directora del Instituto de Capacitación; Jaime Huerta Ramos de la Fiscalía Regional y Juan Luis Galán, secretario particular; siguen haciendo de las suyas.

Se suponía que el arribo de un personaje de alto nivel como Gilberto Higuera, implicaba una limpia de la dependencia para poder armar un eficiente equipo de trabajo, con su gente de confianza.

Lamentablemente, todo indica que Higuera está muy lejos de ser el fiscal que Puebla requiere y que únicamente vino a cuidarle el trasero a Carrancá.

Estudio mediático de la Ibero

El análisis electoral presentado ayer en la Ciudad de México sobre los resultados del proceso electoral de Puebla, tiene información interesante que ha puesto a pensar a algunos respecto a las posibles irregularidades que podrían haberse cometido el 1 de julio.

En resumen, la investigación de Miguel Reyes Hernández, académico de la Ibero Puebla, señala tres puntos importantes: que hubo un diferencial significativo de votos entre la elección de presidente y gobernador en la entidad; que se presentan “errores” entre las bases de datos del INE, del IEE y las actas físicas; y finalmente, que de mantenerse la tendencia encontrada, aunque el número de votos que tendría Martha Erika sería menor, no alcanzaría para que Miguel Barbosa le gane, aunque sí abre la puerta al famoso “voto por voto”.

Y para quienes ya vieron la investigación presentada, como una “prueba más de fraude” hay que aclarar una situación, esto no deja de ser un trabajo académico, mismo que las autoridades electorales, tanto locales como federales no podrán integrar al expediente de la impugnación de los resultados que presentó Morena.

El procedimiento legal señala que actualmente dicha impugnación debe ser abordada por los magistrados locales, si a los quejosos no les satisface el fallo, podrán entonces llevar el tema a la instancia federal.

Legalmente, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación solo podrá trabajar con los documentos que le entregue el Tribunal estatal, una vez que concluyó el plazo para la entrega de pruebas supletorias. Como se sabe, los tribunales federales son instancias revisoras de los procedimientos, y no están facultados para pedir nuevas pruebas.

Hay que reconocer el trabajo de los investigadores de la Universidad Iberoamericana que pone en evidencia que los partidos políticos como tal, no tienen la capacidad para demostrar la posible alteración de los resultados ni para contar con observadores en todas las casillas que les garanticen un conteo exacto.

Insistimos, la moneda está en el aire. En estos momentos no se puede asegurar quién será el próximo gobernador o gobernadora de Puebla pero la duda sobre la legitimidad en el conteo de votos, ya fue sembrada.