En un acto de absoluta falta de respeto y educación, el día de ayer, Luis Miguel Barbosa y Citlali Ibáñez —hoy conocida como Yeidckol Polevnsky—, irrumpieron el evento de arranque de gobierno de Claudia Rivera, arribaron al recinto con 20 minutos de retraso.

Suponiendo que la líder nacional de Morena hubiera tenido alguna complicación en el camino, no exime a Barbosa de poder haber llegado puntual.

Pareciera que su atraso, hubiese sido hasta intencional, para acaparar la atención y desviarla de la presidenta municipal entrante.

Particularmente si consideramos las recientes alusiones hacia Rivera, de parte del ex senador Barbosa.

Y por si fuera poco, 15 minutos después de interrumpir el acto, ya debidamente sentado, Luis Miguel Barbosa también fue víctima de la Marea Alcalina que últimamente aqueja a varios militantes de Morena.

Tanto argüende de llegar tarde, interrumpir y exigir lugar, para quedarse cuajado en pleno evento.

¿Cuántas más JJ, cuántas más?

Una muestra más del acelere de José Juan Espinosa se dio el día de ayer, cuando le cuestionaron sobre la violencia en Cañada Morelos y Ocoyucan como muestra de inconformidad y resistencia a los procesos de entrega recepción.

Independientemente de que no sean tolerables los excesos y afrentas de los pobladores, ligados a Antorcha Campesina, todo indica que el JJ sigue sin estudiar las leyes que en teoría debiera conocer.

Textualmente, esto declaró respecto a estos conflictos: “Vamos a estar muy atentos desde la Auditoría Superior del Estado y que existe una resistencia del ex presidente municipal de Antorcha Campesina, por lo que Antorcha Campesina tiene que actuar de acuerdo a la ley, sino hacen el proceso de entrega-recepción al Concejo Municipal ellos saben que se pueden fincar responsabilidades no solo de tipo administrativo sino de tipo penal”.

¿Vamos a estar muy atentos desde la Auditoría Superior?

¿Vamos kimosabi?

Alguien deberá recordarle al diputado presidente de la Comisión Inspectora que la Auditoría Superior del Estado dejó de ser un órgano dependiente del Congreso del Estado desde el momento de su creación.

Me queda claro que a José Juan se le quedó grabada la conformación del Órgano Superior de Fiscalización que operaba cuando fue diputado hace dos legislaturas.

Por no actualizarse, ahora habla de Auditoría Superior como si sus decisiones estuvieran supeditadas al Poder Legislativo, lo cual sólo exhibe su ignorancia sobre un tema que —en teoría — está obligado a conocer.

Habría que recordarle algunos preceptos de ley que explican este tema:

La Ley de Rendición de Cuentas y Fiscalización del Estado en su artículo 4 establece:

Fracción IV. Autonomía de Gestión: la facultad de la Auditoría Superior para decidir sobre su organización interna, estructura y funcionamiento, así como la administración de sus recursos humanos, materiales, financieros y demás que formen parte de su patrimonio, que utilice para la ejecución de sus atribuciones, en los términos contenidos en la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Puebla y en esta Ley;

 Fracción V. Autonomía Técnica: la facultad de la Auditoría Superior para decidir sobre la planeación, programación, ejecución, informes y seguimiento en el proceso de la fiscalización superior.

Es decir, que los diputados no pueden intervenir en las actuaciones de la Auditoría, por lo que no puede hablar a nombre de esa institución.

Tal y como lo he escrito anteriormente, el diputado Espinosa es víctima de su propio síndrome, que no es otra cosa que hablar antes de pensar.

Esperemos exista un tratamiento para controlar este contagioso y peligroso mal.