Aunque usted no lo crea, el diputado José Juan Espinosa volvió a las andadas, subiendo a su cuenta de Twitter un video donde acusa a otros de sus compañeros diputados por no asistir a las reuniones de comisiones.

Textualmente dijo: “Los diputados tenemos la obligación de asistir a todas las juntas de comisiones, no se trata de justificar o no un sueldo sino de trabajar por los poblanos y ser congruentes con esta gran tarea que tenemos por delante: transformar a #Puebla.”

Hace apenas dos días, en esta columna les detallé la forma en la cual con su inasistencia, los diputados de Morena bloquearon la sesión de la Comisión de Participación Ciudadana y Combate a la Corrupción.

Aquí un fragmento de esa columna:

Contracara 17 de octubre 2017

“Nuevamente el bloqueo se hace presente en el Congreso del Estado y otra vez fueron los hombres fuertes de Morena: José Juan Espinosa Torres, Gabriel Biestro Medinilla y Héctor Alonso Granados, quienes simplemente no llegaron a la sesión de la Comisión de Participación Ciudadana y Combate a la Corrupción, que preside el panista Oswaldo Jiménez, quien para la instalación había invitado a representantes del Consorcio de  Universidades, Consejo Coordinador y organizaciones de la sociedad civil que pensaron que serían escuchados.”

Y dos días después, JJ sale a reclamar y balconear a los que faltaron ayer.

Independientemente de la irresponsabilidad de los diputados que no asistieron, quien menos calidad moral tiene para exhibirlos es, precisamente, el legislador que dos días antes no llegó a trabajar.

Y de esto, claro dio cuenta el panista Oswaldo Jiménez, quien no dudó ni un segundo en ventilar las incongruencias de José Juan Espinosa, también en la arena digital:  “Estoy impresionado de tu cinismo, cómo puedes escribir algo así, tan solo 48 horas después de que no asististe a la instalación de la Comisión de Participación Ciudadana y Combate a la Corrupción?. #doblediscurso (sic)”.

Es preocupante cómo el Síndrome JJ crece en su interior y sigue hablando antes de pensar.

Porque por más que quiero encontrar una explicación a tantas barbaridades, de verdad, lo de este personaje no resiste ni el más mínimo análisis.

Pisándose las mangueras

Cualquiera supondría que para los encargados de la seguridad y la procuración de justicia, la palabra robo debiera estar vetada.

Sin embargo, en Puebla en esas instituciones se roban entre iguales. Esta vez, el nuevo Fiscal General, Gilberto Higuera, no tuvo empacho en agenciarse los logros de otra de las dependencias estatales, pues anunció que en conjunto con la Policía Federal, desarticularon a una peligrosa banda de secuestradores en Ciudad Serdán cuyo jefe, era el director de Seguridad Pública de ese municipio.

Todo hace pensar que, en su afán por justificar su presencia en Puebla, Higuera olvidó que fue la Secretaría de Seguridad Pública la que detuvo a los miembros de esa banda durante un operativo en el cual se intervino a la policía municipal de Ciudad Serdán.

Habría que saber qué piensa el titular de la SSP, Jesús Morales, sobre el plagio de los logros de su dependencia por parte del Fiscal General, con quien compartió espacio el miércoles pasado cuando comparecieron ante los diputados del Congreso del Estado.

A Higuera le valió sorbete aquella máxima popular que dice: “Entre bomberos, no nos pisamos las mangueras”.

Aquí no sólo las pisan, las arrebatan.

La enrabiada secretaria

Hace unos días, inició la Semana Nacional de Salud, sin insumos. Con bombos y platillos se anunció esta campaña que además de la aplicación de vacunas, incluye la dotación a familias de albendazol antiparasitario, vitamina A y sobres Vida Oral. Ante el desabasto, madres de familia lo denunciaron en medios, al ver que todos estos medicamentos les son negados.

Al conocer la denuncia mediática, la Secretaria de Salud en lugar de aplicarse para resolver el grave desabasto, montó en cólera y le pegó tremendas regañizas a todos aquellos que se atravesaron en su camino. La iracunda secretaria jaló parejo y no dejó títere con cabeza.

El argumento del regaño no fue por el desabasto, sino por dejar que se hicieran públicas estas denuncias.

Lo que no comprende la señora es que el enojo de la gente es mayúsculo, sobre todo cuando se sienten ignorados.

¿O qué quería? ¿Qué la propusieran para el Nobel de Medicina?

Y fue así como por arte de magia aparecieron algunas Cartillas de Vacunación; pero el albendazol, la vitamina A y los sobres Vida Oral brillan por su ausencia.