La búsqueda de un adolescente apodado “El niño Sicario”, que podría ser integrante de una familia de apellido Baylon, generó la violencia extrema en el Barrio de San Miguel, del municipio de Acatzingo, que dejó como saldo la muerte de un joven de 29 años de edad y con heridas a su acompañante de 16 años, además de otros 3 heridos que aún no han sido identificados.

Sobre la balacera de la noche del domingo existen varias versiones, pero 2 formarían parte de las investigaciones que la Fiscalía General del Estado (FGE), inició al respecto.

La primera investigación indica que un número indeterminado de sicarios arribaron al barrio de San Miguel , en busca de un joven al que le dicen “El Niño Sicario”, quién estará involucrado en múltiples asesinatos violentos, como el descuartizado que fue abandonado la madrugada del domingo a una calle del Zócalo de Acatzingo.

Los tiradores confundieron al joven de 19 años y le dispararon, lo mismo que a la joven que lo acompañaba, dando muerte al primero y dejando herida a la segunda, que por cierto fue reportada como estable.

El segundo reporte indica una guerra frontal que encabezan miembros del crimen organizado y como resultado un enfrentamiento donde se detonaron armas de fuego de asalto, además de granadas de fragmentación.

El joven de 19 años y su pareja tuvieron la mala suerte de pasar donde unos “malandros” intercambiaban disparos y fueron alcanzados por las balas perdidas, con los resultados que usted conoce.

Otro reporte más, que no ha sido confirmado, es que durante el enfrentamiento hubo bajas en ambos grupos criminales, pero que cada uno se llevó a sus víctimas, tanto de los que fallecieron como los heridos.

El caso real es que durante la noche del domingo se escucharon múltiples detonaciones de armas de fuego, que por sí solas dan cuenta de una guerra que el crimen organizado descarga para tomar el control de la plaza conocida como “El Triángulo Rojo”.

Y uno de estos grupos delictivos es la banda de Jalil Cano Parra “El Mamer”, que ha desplazado a otras organizaciones criminales, asesinando o desapareciendo a sus principales integrantes.

Además de que a algunos habitantes de poblaciones y municipios los ha comprado con dinero, mientras que a otros los tienen amenazados con desaparecerlos junto con sus familias por si llegan a delatarlos.

Así las cosas muchos de los vecinos de Acatzingo saben qué pasó la noche del domingo, pero prefieren callar antes de sufrir algún atentado.

Saben que la Marina, el Ejército e incluso la Federal, conocen todas las operaciones de la banda y no les hacen nada.

Nadie descarta que “El Mamer” y su banda estén pagando protección.

Nos vemos cuando nos veamos